Preocupa aumento de casos en menores de 50 años.
En los últimos años, médicos y especialistas han advertido un crecimiento constante en los diagnósticos de cáncer colorrectal entre personas menores de 50 años. Aunque esta enfermedad solía identificarse principalmente en adultos mayores, hoy se observa un cambio en su comportamiento. Oncólogos en México y en otras partes del mundo advierten que cada vez más pacientes jóvenes llegan a consulta en etapas avanzadas, debido a la falta de prevención y a la escasa cultura del tamizaje en edades tempranas.
La oncóloga Julieta Gómez Ávalos, experta en tumores gastrointestinales, explicó que anteriormente los casos eran comunes en personas de 60 años o más, pero ahora se han documentado diagnósticos en jóvenes de 35, 30 e incluso 27 años.
Factores de riesgo en edades tempranas
Diversos estudios apuntan al sedentarismo, la mala alimentación y el sobrepeso desde edades tempranas como los principales detonantes de este aumento. El consumo frecuente de alimentos ultraprocesados, embutidos, carnes rojas, azúcares refinados y harinas industriales está vinculado con inflamaciones intestinales que podrían facilitar el desarrollo del cáncer.
Asimismo, factores hereditarios y la falta de información sobre antecedentes familiares contribuyen al riesgo.
“Muchas personas no saben que un familiar directo tuvo cáncer de colon y no se consideran en riesgo”, detalló la especialista.
Detección tardía: un desafío para los jóvenes
Uno de los principales obstáculos es que los programas de tamizaje en México están dirigidos a personas mayores de 50 años. Esto deja fuera a jóvenes que podrían beneficiarse de estudios sencillos como la prueba de sangre oculta en heces o una colonoscopía preventiva.
Síntomas como sangrado rectal, dolor abdominal frecuente, cambios en las evacuaciones o pérdida de peso deben ser motivo de alerta, sin importar la edad del paciente.
La urgencia de cambiar hábitos y generar conciencia
La doctora Gómez subrayó la importancia de generar conciencia entre los adultos jóvenes sobre los factores de riesgo. En casos con antecedentes familiares, es clave acudir a un especialista para valorar la necesidad de exámenes tempranos. También recomendó adoptar una dieta rica en fibra, frutas y verduras, así como realizar actividad física de forma constante.
“Lo fundamental es entender que el cáncer colorrectal puede prevenirse o detectarse a tiempo, pero para lograrlo, se necesita información y una cultura de salud que incluya a las nuevas generaciones”, concluyó.