Las várices, más comunes en mujeres a partir de los 30 años, no solo afectan la apariencia de las piernas, sino que también pueden causar molestias como dolor, hinchazón y sensación de pesadez. Aunque existen tratamientos médicos, muchas personas buscan opciones naturales que complementen su cuidado diario.
Una combinación de solo dos ingredientes ha demostrado ser una alternativa eficaz y sencilla: aceite esencial de ciprés y aceite de almendras dulces.
¿Por qué funciona?
- Aceite de ciprés: Tiene propiedades vasoconstrictoras y antiinflamatorias que estimulan la circulación y ayudan a reducir la acumulación de sangre en las venas.
- Aceite de almendras dulces: Sirve como base para diluir el ciprés sin irritar la piel, además de nutrirla y suavizarla.
¿Cómo prepararlo y aplicarlo?
Mezcla 10 gotas de aceite esencial de ciprés con 30 ml de aceite de almendras dulces. Aplica la mezcla dos veces al día con masajes circulares ascendentes, desde los tobillos hasta las rodillas. Esta técnica favorece el retorno venoso y alivia la pesadez.
Además de ser eficaz, esta mezcla tiene un aroma agradable, lo que hace del tratamiento una experiencia relajante. Con constancia, es posible notar mejoras visibles en la apariencia de las várices y en el bienestar general de las piernas.