Eduardo Bordonave Zamora, presidente del Partido Social Demócrata (PSD), beneficiado con la posición plurinominal, al parecer cumplió con el pacto, al solicitar licencia y dar paso franco a quien comandara la campaña del hermano rumbo a la gubernatura del estado.
El PSD mantuvo su registro y alcanzó una posición en el Congreso. En la competencia previa, Roberto Yáñez Vázquez se ubicó en una regiduría en Cuernavaca, también empujado por el hijo candidato, en ese momento, a la presidencia municipal de Cuernavaca.
Roberto ha sido actor segundo, a pesar de ser el mayor. Ha impulsado la imagen del hermano en dos intentos: por la titularidad en la capital morelense y ahora por el gobierno de Morelos. Conoce el territorio y pudo captar su problemática; las necesidades de la sociedad las tiene claras, ante las múltiples solicitudes recogidas en campaña.
El espacio de suplente no motivó molestias en la competencia electoral; parecía más una mera cortesía que en su momento, cercano el 2015, le permitiría ocupar la curul por unos meses. Fue sorpresiva su llegada a un espacio que apenas comienza y que ahora, se entiende, fue preparado y pactado desde un principio.
Esta jugada deja en claro la urgencia de dar paso a candidaturas ciudadanas y romper con la dependencia de los partidos políticos; consideramos que se equilibrarían los espacios.
Roberto Yáñez tendrá que cambiar actitud; además de su facilidad para las relaciones públicas, deberá ser cuidadoso en el trato con personal, damas y caballeros, durante su estancia en el Congreso. Es amable, pero también disperso; orientado, pero en ocasiones distraído en cuestiones superficiales.
Ha dejado de ser segundo, lo fue en dos campañas y en la candidatura como suplente a diputado. Hoy está al frente y su responsabilidad es enorme. Deberá y le exigiremos cumplir con la función legislativa. Ahora es él quien estará bajo reflectores y cámaras, sometido al análisis. Su padre y hermano ahora son ajenos a su andar en la política.
De inmediato se le calificó como “juanito”, en recuerdo de aquel préstamo de candidatura en la jefatura delegacional de Iztapalapa que pactó Rafael Acosta con Andrés Manuel López Obrador, para favorecer a Clara Brugada. A partir de esa elección en 2009, todo acto de préstamo de candidatura obtiene ese calificativo.
Ya Morelos vivió un momento similar con los espacios que ocuparon los presidentes del Partido Convergencia y Nueva Alianza, Luis Machuca y Francisco Santillán, quienes utilizaron a la novia y a la madre para una jugarreta que vulneró la cuota de género. Y, por el contrario, dejó en claro la manipulación y trato de indigno de la mujer.
Serán tres años en los cuales el diputado Roberto Yáñez Moreno tendrá la oportunidad de justificar la tramposa estrategia y convencernos de que su presencia es correcta. Tres años en los que además llevará el peso de que su instituto político pueda volver a jugar en la contienda intermedia de 2015 con alguna posibilidad.
Está por verse cuántas de las propuestas de campaña del candidato Julio Yáñez, “chinelo errante”, podrán ser subidas a la tribuna legislativa. Habremos de observar si la posición de ataque en contra de Graco Ramírez, hoy gobernador electo, continuará o su voto irá ahora con la bancada de izquierda.
La reciente sentencia de la sala regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dejó solitario al PSD en el Congreso; Roberto Yáñez Moreno no podrá conformar grupo parlamentario y ante ello estará ajeno a las negociaciones de la Junta Política y de Gobierno. De ahí la importancia de sumarse a alguna de las bancadas o, en su caso, convertirse en ese voto que en algún momento puede ser definitorio para grandes decisiones.
Yáñez requerirá de todo el talento. Por cierto, negar entrevistas bajo el argumento de que los golpes y críticas van a estar fuertes, no es un buen comienzo.