Tras el ataque que vivió Estados Unidos aquel 19 de septiembre de 2001, entramos en una nueva etapa de previsión y revisión que por una parte ha afectado al ciudadano común y corriente, pero por el otro, ha fortalecido a bandas de delincuencia organizada que paradójicamente, han logrado armarse con mayor facilidad ante la venta indiscriminada y prácticamente sin control que en Norteamérica está avalada.
Mientras que las medidas preventivas de abordaje de aviones, autobuses y trenes, en varias partes del mundo caen en violaciones a los derechos humanos de sus usuarios; la entrada a parques de diversión, aeropuertos, conciertos masivos, teatros, y otros muchos espacios, se han convertido en áreas de resguardo que lejos de propiciar tranquilidad, generan incomodidad y molestia constante.
La xenofobia y el ánimo racista, en especial en Estados Unidos, ha presentado un sensible repunte tras el fatídico 11-S (9/11 para nosotros); que por cierto ha servido para lucrar en muchos aspectos. Desde la venta de armas de grueso calibre, su tráfico ilegal avalado por el gobierno “gringo” –recuérdese el caso rápido y furioso-, la producción de películas cinematográficas y series de televisión que intentan sensibilizar al mundo pero que generan millones de dólares en patrocinios y depositados en cuentas bancarias privadas.
Desde 2001 la soberanía de muchos países, entre ellos México, ha sido pisoteada bajo el argumento de la seguridad internacional. La guerra de intervención en Iraq, las sentencias de muerte –varias ya cumplimentadas- en contra de dirigentes “enemigos”, la publicidad contraria hacia gobiernos de tendencia contraria a la política que domina en el vecino país de norte, el bloqueo económico –que ha dividido al mundo- en contra de Cuba.
Ejemplos en nuestro país existen; mencionemos algunos recientes, que permiten entender la gravedad del momento por el que cruzamos.
La serie de ejecuciones que en la frontera entre Estados Unidos y México se vienen perpetrando por parte de los integrantes de la “border patrol” –patrulla fronteriza- sin que exista sanción a pesar de disparar desde su territorio y matar en el nuestro.
La presencia en nuestra nación de integrantes de las corporaciones policíacas y de investigación de aquel país –nos dicen que desarmados y en trabajo coordinado con el gobierno de México- pero que aparecen en escenarios nunca esperados y polémicos. El más reciente vivido en la población de Tres Marías. Del que sólo conocemos sus nombres, y nadie sabe si en realidad, estos datos corresponden a la verdad, y ni siquiera fueron declarados por autoridades mexicanas. Fueron transportados a su país, fuera de todo orden legal obligatorio ante hechos violentos como los que se vivieron; hoy padecen las consecuencias los nuestros y sobre quienes creemos, descargarán toda la ira de las autoridades extranjeras.
De la violencia en México ni qué decir. Recogemos una vez más en trabajo periodístico de los compañeros Ángel Álvarez e Iván Morán, el documental “Con la muerte entre las manos”, proyectado este viernes ante periodistas asociados, quienes entramos en una serie de reflexiones que empatan con lo aquí comentado.
Esta semana –ya se corroborará- estará llena de imágenes referentes al 11-S, seguramente se emitirá alguna novedad que atraiga a nuevo público o no aleje a quienes padecimos esos días de alto impacto. En Nueva York se recordarán los hechos en la denominada “Zona Cero”, se elevarán las plegarias, y se justificarán las actuaciones internacionales del gobierno de Estados Unidos, todo por la seguridad de los norteamericanos.
México y el mundo no es ajeno a ese acontecimiento; aunque sí inocentes, ante lo que la política de aquel país genera y promueve: una grave crisis de violencia y como consecuencia el armamento de todos, vía legal o ilegal, a fin de cuentas la “economía de guerra” –ya lo hemos explicado en este espacio- es la que manda en las altas esferas del poder internacional.
Al aire
Nos encontramos a las seis y hasta las nueve por la 103.7 de FM. El equipo conformado por Laura Gonsen, Enrique Durand Brito y este reportero, entraremos en el análisis y discusión de la noticia.
La participación de analistas respalda nuestro esfuerzo; la entrevista siempre con los personajes del momento, garantiza puntualizar en los datos y en informar con veracidad.