Todo comienza nada más nacer Ryan. Su padre, Matt MacMillan, decidió grabarle cada día para ir recogiendo todos sus sonidos y los cambios que se iban produciendo en su físico a lo largo del primer año de vida. Pero Matt, que es un gran aficionado al rock, tuvo una idea genial: utilizar las grabaciones para que su bebé interpretara una de sus canciones favoritas.
Ahí comenzó el trabajo arduo: descargó en su ordenador todos los archivos y comenzó a identificarlos de mayor a menor gravedad, haciendo su propia escala musical. Había grabado más de 80 sonidos diferentes y fue seleccionando primero los que se parecían a instrumentos de percusión como la tos del bebé, sonidos de golpes o cuando Ryan agitaba su sonajero.
Después, Matt cogió ‘Thunderstruck’, uno de los clásicos de AC/DC, y fue identificando cada sonido de su bebé con cada una de las notas de la canción. Y una vez hecho lo más difícil, era el momento de mezclarlo todo, un trabajo exhaustivo que le ha llevado varias semanas de trabajo y que él mismo ha explicado en YouTube.