Aunque los mexicanos ya deberíamos de estar acostumbrados a los temblores en septiembre (sí, claro), los nervios nunca dejan de traicionarnos. 

Mito o realidad, un pancito siempre reconforta el alma, temblor o no de por medio. 

¿Qué le pasa a tu cuerpo si comes bolillo para el susto?

La Biblioteca de la Medicina Tradicional Mexicana dice que comer un bolillo asienta el estómago, lugar en el que sentimos el miedo. 

Cuando nos asustamos, el cuerpo produce una sustancia llamada adrenalina, que es una hormona que provoca un estado de alerta. 

Esta hormona actúa contra la insulina, que se produce en el páncreas para transportar la glucosa de los alimentos que ingerimos a las células, transformándola en energía. 

Durante un susto, los niveles de glucosa o azúcar aumentan momentáneamente. 

También aumentan los jugos gástricos y la bilis, por lo que no es recomendable tener vacío el estómago. 

Algunos médicos indican que cuando el cuerpo experimenta estrés, miedo o tensión, los malestares se pueden calmar con cualquier alimento, no sólo con un bolillo. 

¿Es malo comer un bolillo para el susto?

Es una idea errónea que la ingesta de carbohidratos, como el pan, es dañina para el organismo o que causa diabetes. 

En condiciones saludables, comer pan estimula la producción de insulina. 

La diabetes tipo 1 implica una falta o déficit de producción de insulina, y en la diabetes tipo 2 es una resistencia de las células a esta hormona. 

Si una persona diabética se asusta y come pan u otro alimento, es probable que la glucosa no sea procesada por el cuerpo y se almacene en la sangre, lo cual podría ser riesgoso. 

Sin embargo, si una persona sana ingiere carbohidratos y azúcares después de haber tenido un susto no es peligroso.

Lo que sí es que ayudaría a calmar el vacío en el estómago provocado por los malestares del susto.