La relación que el joven Alejandro Bitto tiene con su profesor universitario, está lejos de ser distante y seria. Esto quedó demostrado con un delirante intercambio de emails, donde el alumno pide explicaciones por un examen con errores, y utiliza un lenguaje excesivamente formal.
El delirante intercambio de emails entre el profesor y su alumno
Los estudios terciarios y universitarios generan vínculos diferentes entre alumnos y profesores, muchas veces la diferencia de edad ya no es tanta, y la cercanía con los profesores suele ser mayor, y a veces, excesiva.
Este fue el caso del alumno Bitto, quien exigió explicaciones por un examen de costes, y envió dos mails exactamente opuestos, en cuanto al registro que empleó para dirigirse a su profesor.
En un primer momento, su interrogante fue simple y coloquial: “¿En qué la he cagao?”. Escribió el alumno en el primero de sus emails. Lejos de reaccionar mal, lo que indica que entre ambos hay una relación de confianza, el profesor contestó con mucha soltura.
Primero le indica que revise una página web para escribir emails de una manera más formal. Luego le explica cuál había sido el error del alumno en el examen de costes.
“El primer error es un fallo matemático sin más, pero el segundo ya es relativo al entendimiento de la fórmula, de ahí tu calificación. No obstante, te felicito, ha sido un muy buen examen”, concluye.
La respuesta demasiado formal del alumno
Pero el más delirante de los correos llegó al final, ya que, según parece el alumno Bitto llevó el lenguaje formal hasta el extremo, ironizando sobre la recomendación de su profesor y usando palabras que apenas conoce.
perdón me ha hecho mucha gracia pic.twitter.com/j8OGjsf06M
— aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaBitto (@BittoF1) February 1, 2022
“Muchas gracias por su respuesta e información otorgada, espero que en las próximas pruebas evaluativas dichos sucesos catalogados como erróneos mengüen, a la vez que mi afán por sacar la mejor nota distintiva suba a la inversa que dicha mencionada anteriormente”, empieza diciendo.
“Por mí parte, sería un placer poder coincidir con usted el viernes día 4 de febrero y poder revisar este alipori (vergüenza) de prueba que espero que usted me pueda otorgar. Procuraré que en correos posteriores no se me refleje en mi ser una apariencia de un baldragas con aficiones de jumera (ebriedad), o un personaje estólido, y que no sea un correo escrito al suánfonsono (muy rápidamente'). Quedo a disposición para cualquier correo cordial”, cierra finalmente.
El intercambio de emails entre este alumno y su profesor se viralizó rápidamente, por la peculiar relación que los une y el divertido viraje entre el lenguaje relajado y el formal.