Esa figura permite lo mismo dar con “los buenos” –que en la realidad son los malos— que en la fabricación de víctimas en afanes de presencia de instituciones que no han sido para nada exitosas, digan lo que digan los boletines oficiales.
Incomoda el tema en las esferas del poder local porque cada mención sobre Cabeza de Vaca involucra al gobierno, funcionarios y políticos. Obligado leer Proceso no sólo porque “El Grande” operaba en varias plazas, entre ellas Morelos, sino porque narra hechos importantes de la delincuencia organizada y que de acuerdo con la carpeta que maneja la SIEDO de la PGR sí hay involucrados en diversas áreas, sobre todo policiacas y políticas.
Ahora, llama la atención que el mismo tratamiento que dieron a Luis Ángel Cabeza de Vaca lo reciba un ex comandante de la Policía Federal Preventiva: fue dejado en libertad y en la misma explanada del penal de alta seguridad “El Rincón” de Nayarit fue reaprehendido. Hoy, igual que el jefe policiaco de Morelos, se encuentra en la misma cárcel de la que salió hace poco. Nos llamó la atención que en la zona por donde estábamos el domingo, la revista Proceso no estaba en ningún puesto de periódicos, lo que nos llevó a pensar que había alguna información desagradable para el poder. Así es, aunque trata de un personaje ya detenido, se nota que está hablando hasta por los codos.
El nivel de Villarreal Barragán es de los llamados pesos grandes de la delincuencia organizada. Así que lo que menos va a suceder es que van a capturar a uno que otro policía, jefe de corporaciones, ex o actuales funcionarios de cualquiera de los tres niveles que componen el gobierno.
Don Alejo
Impresionante, valiente, ejemplar don Alejo Garza Tamez que murió defendiendo lo más grande que cualquier ser humano posea: su dignidad. Advertido una y otra vez por grupos delictivos de la denominada hampa mayor, este empresario maderero, dueño de un rancho colindante entre Nuevo León y Tamaulipas, se negó a entregar su propiedad. La última ocasión que lo amenazaron fue el viernes pasado y le dieron 24 horas para que desalojara, porque esa zona sería del cártel del rumbo. Juntó a sus empleados, les exigió que no acudieran el sábado a laborar y cual guión y escenografía del cine gabacho armó sus propias barricadas en forma rústica.
Aficionado a la pesca y a la caza, tenía sus armas para tal efecto. Acomodó cada cual en su lugar, rodeó internamente su casa y esperó la llegada de los bandoleros. No lo hizo para farolear, sabía que iban por él y quienes le acompañaran. Llegaron. Disparos al aire esperando rendición desde la casa. Silencio. Lo volvieron a hacer. Luego dispararon contra el inmueble y vino la respuesta. Pum, pum, pum, pum. Cuatro caídos de los asaltantes. Iba en serio. Recurrieron a granadas de fragmentación. Y otra reacción desde adentro. Pum, pum. Dos caídos más. Seguramente los maleantes creían que había dentro cuando menos cinco tiradores pertrechados. Sería una batalla dura.
Más granadas, más balazos de calibre alto. Otra vez silencio. Ya no reaccionaban desde la vivienda. Entraron a terminar su obra, preocupados por lo que consideraban seis bajas. Lo hicieron con cuidado pero decididos, eran muchos. Silencio. Se encontraron con un cuerpo, el de don Alejo Garza. Buscaron por los rincones. No había más. Ninguna ventana o puerta abierta desde adentro. Les cayó el veinte: don Alejo, solo, decidió defender con su vida el trabajo de sus 77 años. Y lo hizo.
Los delincuentes no volvieron. Las autoridades llegaron minutos después, igual que elementos de las Fuerzas Armadas. Ya don Alejo Garza Tamez había hecho lo que con firmeza decidió. Nos encontramos ante un caso de excepción con un final dramático aunque –se diría en el medio popular— con el consuelo que el bueno perdiendo su vida le arrebató a las fuerzas del mal a cuatro y dejó dos en situación de gravedad.
No se trata que en cada mexicano de bien haya un don Alejo, nada más que cuando las condiciones se extreman, no sabemos qué va a pasar. A la familia de don Alejo les enviamos nuestro respeto total y el reconocimiento a la dignidad de su padre, hermano.