Las finanzas son un tema importante que debe dialogarse entre las familias, especialmente cuando se tienen ya en casa personas adultas mayores, ya que:
1.- Las finanzas de los adultos mayores puede representar una amenaza tanto para sus propias finanzas, como para las finanzas de sus hijos
2.- Las generaciones anteriores carecen de "cultura financiera", por lo que su situación económica puede ser precaria.
Cuando uno comienza a ver que sus padres envejecen, es cuando comienza a pensar en la situación económica que tienen sus padres, si tienen ahorros, si tienen seguros, etcétera.
Tener padres en una situación financiera riesgosa o inestable, puede tener consecuencias graves tanto para su bienestar emocional (y el de usted) como para las finanzas del resto de la familia, ya que en caso de existir algún problema, como ahorros insuficientes o falta de seguros de gastos médicos, o de seguridad social, lo más probable es que los hijos tengan que hacerse cargo de resolverlos, es bueno cuando se tienen muchos hijos, pero también puede haber hijos que no quieran o no puedan hacerse cargo de sus padres.
De igual manera, si su situación financiera es sana, también es muy importante tener las cosas en claro, ya que conforme los padres envejecen, los problemas entre los hijos, por cuestiones de herencia, tienden a exacerbarse. También existen casos en que los padres deciden heredar a los hijos en vida y ellos quedan dependiendo de alguno de ellos, y al final, comienzan los problemas porque el dinero para ayudarles no les alcanza.
A veces, tener una plática de dinero con los padres es incómodo o complicado. Este cambio de roles es difícil, “ahora yo soy el que explico y tú el que oye”. Para que la plática sea fácil y productiva es importante tomar en cuenta cuándo, cómo y dónde tenerla, primero quizá, una plática entre hermanos para ponerse de acuerdo y luego una plática entre todos.
Es indispensable elegir el momento adecuado. Debe plantearle a sus padres, de antemano y en términos generales, la preocupación que existe y programar una cita para sentarse a platicar con ellos. Probablemente una plática no sea suficiente para conocer y resolver los detalles, pero una vez roto el hielo, las siguientes serán mucho más fáciles.
La clave para que estas sesiones sean amenas y propositivas se resume en dos palabras: "diálogo" y, sobre todo, "respeto".
Éste no es el momento de sermonear a los padres sobre las decisiones que tomaron o que dejaron de tomar, no se trata de juzgarlos, ni de obligarlos a cambiar sus patrones de vida, después de todo ellos siguen siendo los padres y los que deben tener la última palabra, en el caso también de que cognitivamente se encuentren bien de salud.
Es importante resaltar que deben planear sus gastos, si están acostumbrados a ahorrar, deben continuar haciéndolo, para hacer frente a un gasto inesperado, como puede ser una enfermedad, o la consulta con un médico, el dentista, etcétera.
Lo ideal sería promover la cultura financiera desde que somos adultos para que al llegar a la tercera edad, tuviésemos este asunto resuelto. Sin embargo, pocas personas piensan en su futuro, algunas personas consideran que cuando se jubilen, su pensión les alcanzará para cubrir todos sus gastos. Esto no es real. Las pensiones en México no alcanzan ni siquiera para cubrir las necesidades básicas. Se requiere, tener cultura, de comprar un seguro, de tener un ahorro (a largo plazo), de comprar en su momento, cuando se puede, una casa, etcétera.
Ayudemos a nuestros padres, a nuestros mayores, en esta última etapa, ya que ellos han sido el pilar de nuestra familia.