Poco se visten, aunque a los oídos de Amado Orihuela le cuentan que ha sido “una gran operación política”. A propósito, Amado es tema aparte este día porque de acuerdo a quienes viven en las entrañas del Partido Revolucionario Institucional, olvidó el considerando de la convocatoria emitida para el proceso interno, que más que legal es moral y ético, de no buscar la nominación a gobernador, y cada acción que emprende el comité estatal lleva ese rumbo: Amado quiere ser el candidato.
Entonces, lo de Rufo y “Chabelo” lo abordamos más adelante. Es importante que en el PRI se marquen las reglas antes que se las escriban desde el CEN, porque es en el siguiente proceso electoral donde tienen posibilidad de recuperar el gobierno de Morelos. Si no lo hacen esta vez, quizá nunca. Por lo tanto, la actuación del diputado Amado Orihuela Trejo es vigilada con lupa por propios y extraños. El de Mazatepec tuvo mejores condiciones para ganar la contienda interna, además de buena operación política, entre éstos mostró que sabe hacer y cumplir compromisos. Uno de éstos, hablado entre los aspirantes, fundamental para el desarrollo con posibilidades del PRI rumbo al 2012, es que el presidente estatal tiene que levantarle la mano no sólo al que gane la interna o sea nominado, sino al próximo gobernador de Morelos. Y Amado es, precisamente, el dirigente que haría esa tarea.
Entonces, lo que un buen número de priistas observa que inicialmente creíamos que era una apreciación un tanto drástica, ya no parece serlo: que Amado Orihuela ha iniciado su campaña para ser el candidato de su partido y para ello rueda la infraestructura (prerrogativas para empezar) del partido tricolor. Una constante es algo que a él le gusta: los rodeos, y los hacen al interior de la entidad con presencia importante; no jalan reflectores así sucediera en Cuernavaca, Temixco o Jiutepec. Aquí no es si parece. Es, simplemente. En política lo que parece, es. Punto.
Amado Orihuela, bajo esta perspectiva, busca abiertamente la nominación de su partido, desde su dirección, con sus recursos, para ser el candidato. ¿Qué dicen los otros? Ya lo vieron pero se escudan en el argumento vano y prehistórico “de la espera a que les marquen los tiempos desde el CEN”. Aquí, los priistas no tienen gobernador hace 11 años; han estado a la deriva; no ha habido liderazgos. Lo que vivieron bajo la famosa Dupla del Oriente fue el negocio de una familia que todavía exige cuotas. No se fortaleció ningún liderazgo, no se continuaron los antiguos; redundando: se hicieron viejos. Apenas empiezan a surgir; uno de ellos es indiscutiblemente Amado. Por ello juega por la libre y gana espacios. No hay necesidad de inversión, de competir con los riesgos de la fortuna familiar o propia. No, la institución absorbe la estrategia y prepara sus campañas, con Amado al principio y al final.
Válido lo es; moral, de acuerdo a lo que se decía, no; ético, quién sabe. La cosa es que el presidente del PRI hace la tarea para ser el candidato del partido que dirige al gobierno del estado. Que si tiene condiciones, preparación, talento, tamaños para gobernar Morelos, la historia nos indica que no hemos contado con precisamente lumbreras. Así que…
En el caso del diputado Rufo Villegas, quedan preguntas para otro día; mientras, una elemental: ¿Y su asesor “Chabelo”? Posible negociación: incorporación a la bancada del PRI con consentimiento ejecutivo y conocimiento de su ex partido a cambio de extinguir la posible y lógica aplicación de la ley en contra del ex coordinador de Comunicación Social del gobierno. Y otra que va a escocer: la posibilidad de que Javier López sea el jefe de asesores de la fracción mayoritaria del PRI en el Congreso y, por qué no, le pelee los espacios a Matías Nazario en el comité directivo estatal. Claro que no fue de “gorrión”. Además es mediático, vende. Pero hasta ahí, porque Rufo no va a aportar nada nuevo y si su pretensión es ser candidato a presidente en Jojutla, que lo piensen bien en el PRI, porque Hortencia Figueroa Peralta, la diputada del PRD que aspira a ser nominada por su partido allá en la tierra del sabroso calor (y del querido Alberto “El Poeta” Álvarez, autor de la polémica “De Venus Montarace”), le gana sin problemas.