No hubo aviso previo del cierre y la gente optó por bajar sus cortinas. Hoy saben que será un mes lo que duren los trabajos. ¿Por qué no hubo las grandes protestas que son naturales? Los que ahí vivimos –desde casi siempre—recordamos las inundaciones que generaron pérdidas materiales cuantiosas a finales de los ochentas cuando se vino el agua encima. Creemos que los trabajos se hacen para evitarlo en la temporada de lluvias que se avecinan. Pero no hubo aviso. En efecto, Jiutepec no es lo que muchos creímos siempre, que marcaba sus límites del panteón municipal a la espalda del palacio municipal sobre Juárez —que se llamada Agustín de Iturbide--, ni del campo de futbol “Los Mangos” a Cementos. No. Jiutepec es de los municipios más densamente poblados del país por kilómetro cuadrado, seguro se encuentra entre los cinco primeros.
Se comienza a entender su relevancia. Sus colindancias van a Tepoztlán desde la Otilio Montaño y Civac hasta Acolapa, desde Atlacomulco –desde la autopista en la avenida del mismo nombre— hasta la colonia Independencia con Tepoztlán. Y con Cuernavaca comparte también el Tizoc sobre el bulevar principal. Con Temixco un tramo de Palmira y con Zapata, Yautepec y Tlaltizapán la Sierra Montenegro, además de la Tres de Mayo y Las Caleras. Es parte vital de la zona conurbada de la capital del Estado y podría ser el segundo municipio económicamente y en cuanto a población más grande de Morelos.
La falta de aviso a vecinos y comerciantes ha hecho daño, a todos. Uno de los últimos lo compartía simplemente: “Cuando pasaban los carros vendía entre 700 y 900 pesos; cuando la gente no podía caminar por ahí me bajó entre 70 y 120 pesos. Imagínate, mejor cerré, dicen que un mes, a ver si aguantamos”. Ahí mismo vive. Excepto los trabajadores de la obra que lo hacen hasta la medianoche, es una calle fantasma. Pero dicen –y nos incluimos—que es para evitar lo que se ha padecido con el temporal que deja a familias sin nada de sus bienes, que se haga.
Aunque pudiesen haber más reclamos dejamos uno solo: la comunicación. Pero si en futuro es para mejorar, adelante. Claro, esta es una opinión personal que no lleva ningún consenso. No estará de más que Miguel Ángel Rabadán, el alcalde, tenga a bien transmitir los por qué de la obra. Es además de un ejercicio sano, su obligación. Él y sus funcionarios importantes, no cualquier enviado.
Transparencia y Modernidad a la UAEM
Más que verlo como un pleito entre un rector con un egresado que fue expulsado de la Maestría en Derecho, la iniciativa que le semana próxima presenta el diputado Javier Mújica Díaz para realizar reformas a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, lleva la intención no sólo de la obligada transparencia de sus recursos que provienen de todos los morelenses y mexicanos, sino de ubicarse en los terrenos de la modernidad que instituciones como nuestra universidad tienen en el país y el mundo.
La descentralización es urgente, por los que están y quienes los han antecedido. Es cierto, la de Morelos puede ser una Universidad Pobre y sus máximos funcionarios Hombres Ricos, pero la UAEM ha parido a extraordinarios profesionales que no sólo hacen su tarea en Morelos sino en otras partes de México y el mundo. Conocemos un sinfín de egresados que enorgullecen a la entidad y justifican a nuestra casa máxima de estudios. A la Iniciativa Mújica –que algún nombre va a llevar—hay que darle la bienvenida con apertura, si existen cacicazgos que empiece su desmantelamiento, si las decisiones deben ser compartidas en el Consejo Universitario, nadie las debe objetar por ser un órgano colegiado y profesional, con compromiso por la casa que los ha hecho.
No hay problema. No es un round Bilbao—Rosete. Ha sido el detonante. Se trata de que la Universidad Autónoma del Estado de Morelos tome la estatura que se ha ganado y merece, y será a partir que sus decisiones sean en consulta y consensuadas. ¿A quién lastima? Nunca el hombre sobre la institución. Ninguna lógica va en contrario. Ahora que los legisladores hagan su parte. Nos ha llegado la iniciativa que va a presentar el diputado Javier Mújica, ahora a revisarla. En tanto, son buenas noticias para los universitarios, para aquellos que son mayoría y que saben que el fondo va más allá de una disputa entre dos. Obviamente que ambos han hecho su parte para que suceda lo que viene en el Congreso Local. Ahora que sobrará tiempo y espacio para conocer dónde está el amor por la Alma Mater.