Lo hemos seguido hace meses, a partir de que involucra a un grupo de vecinos de Cuernavaca y Jiutepec de los ejidos de Acapantzingo y Atlacomulco y en especial por un gran amigo de siempre, Benito Nájera Quiroz, el querido “Garrobo”, dueño de un terreno colindante con la barranca, donde hace 30 años ha hecho faenas que hoy lo tienen convertido en un sitio paradisiaco, con un temascal único, camas de barro, de arcilla, una cascada impresionante de agua helada del manantial de Chapultepec y todo un sitio ejemplo del ecoturismo que se requiere en Morelos.
Alguna vez llegamos al lugar con el secretario ejecutivo de CEAMA, el también atlacomulquense Fernando Bahena Vera –que por cierto nació en la ribera del Apatlaco, a unos pasos de donde es el evento esta mañana--, para que conociera la vocación del predio y sus condiciones. Ahí, Bahena habló del proyecto que hoy es realidad dentro del programa de rehabilitación del río Apatlaco. Recientemente, Benito invitó a un grupo de amigos para que vieran el cambio. En efecto, las aguas distinguen ya el fondo de la barranca, cosa imposible no hace mucho; se está rehabilitando la zona, se van a beneficiar cientos de ejidatarios, de vecinos y habrá una transformación en el estado de cosas de la zona. Se escuchan ya los gritos de los trabajadores que avanzan en la obra. El lugar de Benito está a unos 500 metros río abajo del puente sobre la autopista.
Hay que estar ahí, igual que la vez anterior que se echó a andar la tarea en esa parte del gigante Apatlaco. Se habrá de dar fe de que funciona, que es una obra que camina y que la inversión aunque va al agua “no se va como agua”, es dinero bien acomodado en servicios a la comunidad.
Los trabajos del río Apatlaco van mucho más allá de esta zona. Sin embargo, la cercanía con Benito, el reconocimiento a que en su lugar los beneficios han llegado, el conocimiento a que los vecinos de Atlacomulco y Acapantzingo son favorecidos, anima y reanima. Los últimos han sido días de noticias tristes, dramáticas y desesperanzadoras, así que hoy compartimos una buena: se rehabilita el río Apatlaco. Nos consta en esta parte que les compartimos; sabemos que se da en muchas partes más y nos queda claro que es una de las mejores herencias que debemos dejar a las generaciones siguientes: el mejor aire, la mejor agua, la mejor tierra que podamos.
Sí, hay que compartir una buena.
Los Trece Pueblos
En su momento, fue una verdadera bomba cuando habitantes de poblados al sur del estado evitaron la construcción del fraccionamiento La Ciénega, porque dañaría al pozo Chihuahuita que surte del vital líquido a muchos paisanos sureños. Se armó tremenda bronca, llevando presos a varios de los luchadores sociales al penal de Atlacholoaya. Inició una lucha en todos los frentes, especialmente el jurídico, y hoy ven resultados. Si la movilización social evitó el ecocidio del Chihuahuita, el jurídico lo ratificó vía la decisión de un tribunal. Los abogados desde un principio son Isaac Herrera Avilés, el buen “Pinpen”, y Roberto Soto Castor. Hoy está Roberto atento porque Isaac se encarga de un área vital del aparato administrativo de Cuernavaca.
Don Saúl Roque, el líder natural de Xoxocotla, y sus compañeros siguen en la pelea. Hicieron lo correcto al no limitarse a la movilización social y la atención a través de los medios; se metieron en lo legal y ven los frutos. Es una batalla que no termina pero que en el camino marca saldo favorable al pueblo. Ésa es otra buena noticia. No tenemos los detalles que, en estos días, los pondremos a su disposición en este espacio.