Y el otro la inminencia de las nominaciones y la fuerza como tratan de imponerse políticos, sus grupos y sus partidos. Es en el PRI donde se avisa una y otra vez están los futuros gobernantes, falta solamente saber si el padrón electoral en el que todos se basan, es preciso, porque existe otra condición gravísima y a la vista: los morelenses comienzan a irse, a abandonar la tierra que los vio nacer y crecer como hace 101 años en la Revolución. Hoy los corre la falta de oportunidades y la violencia de los innegables grupos delincuenciales afincados con o sin la venia de la autoridad.
Marcados los tiempos y ya en pleno proceso electoral, en el PRI se obligaron a contar los días con argumentos legales que no cambiarán el estado de las cosas. Están en la fase preelectoral con campañas de posicionamiento y luego entran en el plano legal de elección, es decir, ya con sus candidatos a los cargos populares. En una palabra: en el momento justo, Manlio Fabio Beltrones hará pública su posición de apoyar al mejor posicionado que, cantado hace muchos meses, es Enrique Peña Nieto.
En la efervescencia nacional priista es importante escudriñar cuánto les interesa Morelos y los otros dos estados que concurren con la elección federal y que tienen una particularidad: son gobernados por el Partido Acción Nacional igual que aquí, hablamos de Guanajuato y Jalisco. ¿Les importa al CEN de igual tamaño Jalisco, Guanajuato que Morelos? Históricamente, esta tierra fue escogida en los días de poder y gloria del priismo, como contenedor de los desechos que les generaban conflicto en otros lugares. Así, llegaban célebres desconocidos como Javier Rondero Zubieta, Hugo Domenzáin, Jesús Rodríguez y Rodríguez y Armando León Bejarano Valadés. Nadie decía nada, al contrario los recibían con loas y cánticos. El PRI es oposición hace 11 años y lo será un año más solamente si gana la elección.
Prevalece un ambiente que es asunto rutinario, que los días, semanas y meses que vienen transcurrirán sin contratiempo alguno, cuando la realidad es otra, más cruda de lo que imaginamos. Morelos es uno de los Estados que más se comienza a despoblar, familias completas han prácticamente huido ante los ataques de la violencia. No exageramos y somos responsables de lo que anotamos: tenemos la cifra consistente de ocho familias conocidas directas que tomaron sus cosas y no piensan volver. Nos inquietó y caímos en alarma. Escuchamos de propia voz de un amigo cercanísimo, modesto, de familia sólida y por generaciones morelense, decirnos convencido y angustiado que vende lo que le queda para buscar nuevos horizontes. “Aunque sea a expender tacos en algún otro lugar porque a lo que me dedico se desplomó impresionantemente”. Es corredor de bienes raíces hace 35 años. Recientemente un familiar cercano que apoya la economía de todos, cayó víctima de un duopolio eterno que fulmina capitales e ilusiones: la combinación de un usurero apellidado Valverde y una juez venal. Los terminaron y optan por correr.
Otro caso grave: un agricultor de la zona de Emiliano Zapata, con éxito, le plagiaron uno de los hijos y le pidieron una millonada. Sin ayuda profesional recibía las llamadas de los maleantes y terminó por entregarles 2 millones de pesos. Ha tomado una decisión como la de Don Alejo, aquel heroico agricultor al que Los Zetas exigieron su rancho en la frontera de Nuevo León con Tamaulipas y optó por pertrecharse, despedir a familia y personal y esperarlos. Lo mataron, pero antes acabó con cinco de los bandidos. El señor que mencionamos está determinado a que no le quiten un centavo más. Su familia desea irse, pero él se aferra. “Me dijeron los secuestradores que había ya pagado mi derecho de piso, pero si no cumplen los voy a esperar”. El asunto es que no sabe con quiénes trata, ni siquiera un indicio de ellos.
Por ello, en su momento podremos detallar que no sólo los delincuentes organizados que cuidan su zona, han generado este ambiente. O los malos gobiernos que se maquillan para salir diariamente en la foto con irrealidades, también otros sectores incentivan el éxodo y se oponen a que los que desean jugársela con este Morelos lastimado, tiran a acabar con todo. No falta mucho para desnudar, prenda a prenda, a otro tipo de malhechores que han lucrado con Morelos y creen irse ilesos. Nunca lo van a lograr.
En tanto, la política está en su punto de ebullición, le colocan a todo fuego o lento según sus cálculos, pero ya estamos en los tiempos. Y lo otro, lo doloroso y grave: que nos dejen paisanos ante la falta de condiciones de seguridad, de inversión, de empleo, de oportunidades en sí. “No puedo más, mano, nunca imaginé estar en una situación así, que pasen tres meses y no gane un peso. ¿Es el gobierno? No veo hacia otro lado. Ojala los metan al bote a todos. Increíble que en estos últimos 12 meses haya vendido dos casitas de interés social con comisiones que tuvimos que bajar ante la falta de demanda. ¿Votar? ¡Votar madres!”, concluye con coraje el buen cuate que alista sus “chivas”, para hacer “a ver qué cosa” por otros rumbos.