Se tiene que ser serio en estas cosas y razonar de acuerdo a lo visto.
Amado Orihuela Trejo será la víctima mayor de esta trama. Los priistas inconformes ni siquiera están en conflicto con él, saben que lo arrojan desde 20 mil metros de altura sin paracaídas, que quién sabe que trato perverso han hecho en las cúpulas del poder para que en Morelos el PRI no gobierne. ¿Qué le pueden interesar a Enrique Peña Nieto con un buen trabajo 200 o 250 mil votos que representa esta entidad bajo las siglas del tricolor? Nada. Por ello permiten que crezca el conflicto. A partir de ahí le apuestan al cansancio, que se desgasten los molestos y que finalmente se queden donde están: sin nada. Martínez Garrigós, se observa, está dispuesto a vender cara su derrota, ni siquiera hace intentos por lastimar a Orihuela Trejo. Pero es increíble que estando al frente en cualquier medición en contra de priistas y adversarios, no sólo le eviten ser el candidato –por las razones que quieran, jurídicas, políticas o lo que gusten-- sino que le den auténticamente palo y lo regresen con advertencias de cárcel y demás. No tiene otra que rifarse, porque ya no depende de lo que él piense o quiera, sino de que la estructura creada durante los últimos años –a partir de sus dos derrotas y victoria en Cuernavaca y en cuando menos 25 de los 33 municipios actualmente y de a de veras-- ha logrado espacios que no va a permitir que se los arrebaten los de la Clase Dorada Burocrática del PRI nacional.
Ante la falta de convocatoria y con todas las atribuciones estatutarias que tenga el CEN del PRI, los priistas van a hacer valer lo que normalmente se usa en estos casos, asambleas, convenciones y lo que le siga. Pero lo claro es que no van a aflojar fácil ante las patadas que les han aplicado sin recato La Casta Divina Dorada Burocrática del CEN y La Fuerza Mexiquense, una monserga de viejos sin voluntad y entregados militantes y advenedizos cuya única fuerza es estar cerca del candidato Peña Nieto. Les han dado a llenar y sean 100 o 40 mil van a hacerse sentir en las entrañas de su partido, lo que anuncia un bloque electoral blando del PRI-Morelos que, si no se descarta que ni primera minoría en el Senado alcancen. ¿Cuál unidad? El esbozo lo han roto en el CEN La Banda Mexiquense y sus alternantes. Ellos, allá, cuentan a sus militantes con un número y plantean escenarios sobre pizarrones o con cañones desde las computadoras. Aquí hay un sentimiento, incluso de los simpatizantes de Amado Orihuela, de que saben que solos no ganan. Requieren de las otras fuerzas y la más representativa es la de Manuel Martínez Garrigós. En efecto, ellos, los que iban al frente, firmaron un acuerdo de caminar compitiendo en buena lid y que el segundo se anotara en el primer lugar del Senado. Firmó Osorio Chong, quien deshonró el dichoso acuerdo, como lo haría cualquier guerrero gandalla en Shangai contra los buenos de la película. Genes, quizá. Sea su naturaleza o no de Chong, él obedece indicaciones y Los Peña Boy’s muestran, una vez más, que lo suyo no es la política y se encierran en la certeza de que su estado es todo México.
¿Qué puede pasar? No es complicado advertir el futuro inmediato con los elementos a la mano: los priistas de Morelos han sido colocados en el cesto de la basura, porque si bien Amado Orihuela puede ser finalmente el candidato de los de aquí, no va a ganar con la carga de dejar a tantos afuera. Es, repetimos, la segunda fuerza priista en la entidad, pero el candidato más vulnerable. Los abusivos del CEN y su Clase Dorada no advierten que existe una sublevación que solamente termina si negocian justamente o en el total rompimiento. No hay más, porque no se van a someter por instrucciones de burócratas pintados de dorados, vivales y ladinos. Sabemos que los priistas inconformes no van a abandonar su partido. Es el peor escenario. Tampoco van a anunciar adhesiones con otros candidatos de otros partidos. Van a dar la pelea adentro, pero que nadie descarte una diferenciación en los votos, que Andrés Manuel gane Morelos igual que el panista o perredista el gobierno estatal y en las regiones donde los alcances de los arbitrarios cenistas no llegan. Se nota que su decisión (lo insiste el columnista: no que tenga que ser MMG o Amado. Cualquiera de los otros con la ayuda de todos lo logra. No tienen de otra.) ha sido además de no razonada, injusta.
Se conocía que el CEN deseaba por afectos, complicidades y servilismos que uno de sus chalanes fuese su candidato al gobierno, pero la realidad es que no tiene más de diez seguidores y no reales. La coyuntura de quitar a Martínez Garrigós por las razones que manejaran inicialmente, seguramente se encontraba en los planes que cada político tiene de cara a un proyecto, pero nunca la despedida amenazante y abierta que le daban los presuntos dirigentes nacionales. Éstos no conocen de reacciones. En Morelos el priismo ha sido sumiso, se ha quedado callado, ha aguantado que sus dirigentes lo atraquen y que desde México dispongan. Parece que ésta es su oportunidad de hacer valer no lo que digan los papelitos pero sí su dignidad. Saben que ésta es su oportunidad de regresar al poder-poder. Pero todo indica que desde México con sus secuaces a lo único que le apuestan es nunca recuperar Morelos con su gobierno.
Así las cosas, lo demás es lo de menos. El guiso se descompuso, le quitaron ingredientes y se escuchan –sonoras, con una estridencia razonable por las condiciones-- las carcajadas del PAN, del PRD y sus aliados. Ante lo que esperaban como una contienda reñidísima, “la Madre de todas las Batallas”, decían, se encuentran un escenario viable para transitar sin mayores prisas, unos para conservar lo que tienen y otros para alcanzar lo nunca logrado. Mejor, imposible…