Continuamente sintonizamos el canal 3 del Sistema Morelense de Radio y Televisión en las sesiones legislativas, y ayer hubo de todo y Fidel es protagonista más que protagónico. Es político—político, de ahí que vaya al Senado, además le puso el sabor a este legislatura, nunca dejó de hablar y normalmente “con puntería”.
Nunca dejó de sonreír. ¿Por qué tendría que estar enojado?
La sonrisa del buen Fidel contrasta con la preocupación, miedo que raya en el terror de sus paisanos en Temixco y Aca, que un día sí y otro también los secuestran, aparecen muertos y se tapan los oídos de tanto disparo. Ese tema tan delicado comienza a ser tabú, no solamente entre los diputados.
Sin embargo, en lo personal a Fidel le sobran razones para estar contento…
La Frase
“Estoy contenta y orgullosa de lo que hemos hecho. No tengo duda que ésta ha sido la mejor legislatura en la historia del Estado”: Lilia Ibarra, diputada por el PRI, oriunda de Ocuituco. Para la obligada revisión, porque la palabra fácil indica lo contrario. Habrá que ver si la aplicación de los legisladores les alcanzó. Lo que sí podemos afirmar que es ésta la legislatura “más mediática” que tengamos registro, que bien o mal no se dejó de hablar de ella y seguramente hasta el último día de su función.
¡Ese de Rojo..!
El de la chamarra roja, se hace conocido, estaba sentado junto al presidente Jorge Arizmendi García. Nunca soltó su radio, también rojo, y hablaba atropelladamente, repitiendo la letanía: “Túrnese a la Comisión de…”. Luego se salió de la sesión. Ojalá que no haya sido por la ansiedad que se le notaba en el rostro y apretujaba cada vez más el aparato con ganas de contestar. Lo hemos visto por la tele, no sabemos cómo se llama, parece priista, pero alternó con habilidad el micrófono, la letanía y su nextel. ¿Qué prisa tenía?
Zigzagueantes
Los titubeos legislativos en lo de los magistrados numerarios y los otros. No sabían qué hacer. Los priistas estuvieron en contra de la iniciativa y la votación fue de 11—10 a su favor y luego si la regresaban a comisiones, fueron al revés 14-6, o sea que quedó como estaba. En la TV se notaba que cuando menos cinco diputados no sabían qué hacían ni donde andaban. Hasta un aplauso de la autora de la iniciativa, Jessica de la Cruz de Convergencia, que empezó a aplaudir emocionada. El asunto es que no sabemos donde quedó la iniciativa, si viva o la sepultaron en los archivos.
¿Hacia dónde, ahora?
La política permite improvisaciones e improvisados, también gente con formación y madurez. En esta legislatura hay de todo un poco. Había diversas expresiones en sus rostros, conocidos todos que muestran el estado de las cosas luego del 1 de julio. Luis Miguel Ramírez Romero, coordinador del PAN, es de los pocos afortunados de su partido: será diputado federal, otra vez plurinominal. Es un hombre que desde muchacho se formó en la fila y para efectos de cómo funciona el grupo de poder en su partido, “le tocaba”. Más para acá un Julio Espín que ganó Puente de Ixtla, de los que aprendieron a ganar elecciones, tranquilo. Un poco adelante, un inquieto Omar Guerra, con un futuro incierto lamentablemente, que tendrá mucho trabajo adelante para tener otra oportunidad de este tipo, porque no hizo equipo político ni tiene grupo propio que lo respalde. En las filas de los medios, va a estar también complicado. De todos modos, es un paisano que va a estar bien.
Arriba, bien Jorge Arizmendi García, conocedor que como lo dijera el siempre polémico profesor Carlos Hank González, primero se dedicó hacer prósperos sus negocios y luego regresó de lleno a la política. Lo vemos ya recibiendo a sus múltiples alumnos en su Univac e impartiendo cátedra, además de las recepciones multitudinarias vespertinas y nocturnas en su popular escuela. Con Arizmendi no se aplica el “político pobre, pobre político”, porque cuenta con estabilidad material. Lo demás, es lo de menos.
Ya veremos otras sesiones, dejamos algunos comentarios para otro día.
Empresarios y Volantes
Las gráficas ayer en los medios llamaron la atención: conocidos empresarios, sobre todo de Cuernavaca, tomaron las calles y entregaron volantes, exigiendo mayores garantías a sus negocios, impactados con los últimos actos violentos que nos regresan a los días siguientes a aquel fatídico 16 de diciembre del 2009 en los edificios Altitude. ¿Cómo negar que existe una sicosis que parecía irse lentamente? No hay forma.