se refería a la esperanza de los ungidos, de los que ya venían, al renacer de la posibilidad que el estado de cosas cambiara. Hablaba de los que sucedían en el poder a otros. Cuando lo del “nuevo sol”, Lauro Ortega no se refería a su sucesor, no eran tiempos para ello, discursaba en lo general y colocaba el énfasis. Lo hemos dicho en este espacio y hoy lo ratificamos: Lauro Ortega ha sido el único gobernador socialista que ha tenido Morelos en su historia y que se entienda el término como el que escribe cree que es: obras sociales su prioridad, desarrollo social, atención a la sociedad. No entramos en doctrinas profesionales o históricas, solamente que a pesar de los tantos años de que dejó el gobierno, su obra perdura. No fue uno más.
Bueno, a Graco Ramírez lo han cargado de responsabilidades, sobran los que creen que llega con la “vara mágica” de las soluciones, y miden ya los días para que sean los 18 meses que se termine con la delincuencia organizada, instalada en Morelos desde siempre pero agudizada en los últimos diez años. Complicado acercarse siquiera a lo que Lauro Ortega realizó en su sexenio, pero es obligatorio para el morelense exigir, exigir y exigir. Los gobernantes son de carne y hueso y tienen la obligación de cumplir. Graco ha sido un exitoso opositor a diversos regímenes, hoy tiene que ser un exitoso gobernador con amplia visión de Estado, que aunque parece no es lo mismo. Algo así como el gritón de la gayola en la lucha libre que se cansa de ofender a los rudos, al rudo que voltea sin encontrar a su verdugo y se conforma con mentarle la madre en silencio o cuando lo hace hacia todos, su corazón lo dirige hacia la voz anónima, tronante y molesta. No es lo mismo.
Es que “El Nuevo Sol” que mencionaba Lauro Ortega, con tanta información diaria y con acciones hechas antes de oficialmente tomar las riendas, nos llevan a Graco. Pero el “Nuevo Sol” siempre llevaba la dosis de respeto, de responsabilidad, de la no soberbia, de ganarse día a día a la sociedad. Hoy todo es expectativa y chisme: que Graco va a realizar un trabajo de excepción, que todos esperamos y apoyaremos, pero que Graco viene con afanes de vengarse de los que le han ofendido, agraviado o no creído en él. Ahí, de ser cuando menos cercanas las versiones, el hábil Graco va a encontrar resistencias que seguramente, por gobernador que sea, lo van a minar. Eso es un hecho por la razón simple que su máxima debilidad es precisamente la posición de gobernante. A no ser que para estos presuntos fines, haga mal uso del poder.
Pero todo eso son especulaciones, quizá chismes cercanos a la realidad, lo que hay que estar atentos es que Graco haga lo necesario sino para ser aquel “Nuevo Sol” que no ha alumbrado en Morelos desde que a mediados de los ochentas lo anunciaba Lauro Ortega, de perdida unos rayitos sabrosos que mitiguen los dolores de una sociedad indispuesta a aguantar más realidades.
Pésame al doctor Rodríguez
José Antonio Rodríguez es un doctor que lo conocimos y tratamos hace muchos años a través de la política, antes mucho que llegara a regidor en Jiutepec, desde sus años estudiantiles. Es un ejemplo claro de la cultura del esfuerzo. Nacido en Miacatlán y llegado chamaco a estudiar a Cuernavaca pero avecindado en Jiutepec, Toño Rodríguez ha tenido como sello de vida la humildad y el trato fino.
Hoy vive la pena de la pérdida de su padre, don Justino, y lo acompañamos en este tránsito doloroso que seguramente va a superar.
¿Por qué?
Manuel Lavín Flores es uno de los abogados más conocidos y apreciados de esta entidad. Hombre de familia, miembro de una dinastía respetada y querida de muchas generaciones, ayer fue agredido con intenciones de quitarle vida en su despacho de la calle de Humbolt. La tarde que redactábamos esto, nos reportaban que don Manuel se encontraba en estado serio pero estable. Esperamos su pronto restablecimiento y, sobre todo, que capturen al o los agresores.
En tanto, un abrazo a los Lavín y para animarnos recordamos a muchos de ellos comiendo sabroso, en plena curación, en la fonda de “La Jefa” y lo que cantaban a coro: “Lavín que no infla, es balín”.
Don Víctor Manuel Contreras
Nació en Jalisco pero es más morelense que la guayaba y nos ha hecho estar orgullosos de él desde siempre. A Víctor Manuel Contreras, el gran artista, escultor de fama internacional, ampliamente reconocido, pero sobre todo un ser humano de inteligencia brillante y con una capacidad de respuesta sorprendente, lo han galardonado una vez más en Guadalajara.
Leemos que en el Hospicio Cabañas dictó una conferencia muy a su estilo, magistral, y seguramente fuera del famoso recinto se rencontró con su obra “Quetzalcóatl, La Serpiente Emplumada”.
Nos tocó verlo aunque de lejecitos, con un inolvidable amigo, Alfonso Sandoval Camuñas, cuando colocó en su sitio a la diva María Félix. Víctor Manuel se levantó diligente de su mesa cuando entraba casi cargada en brazos de asistentes La Doña. Dejó que aquel figurón se acomodara en su mesa, esperó el tiempo prudente y se acercó:
- “Señora divina, que gusto saludarla, soy Víctor Manuel Contreras, estuve en su casa de París con Alex Berguer (uno de los tantos maridos que tuvo la sonorense) y dejé con ustedes mi escultura (no recordamos el título)”.
María Félix alzó de más la ceja y dijo no saber de qué hablaba, no recordar nada y que por favor se retirara. Contreras no tardó tres segundos para sentenciar el encuentro:
-“Lamento mucho, señora mía, que usted no sólo haya perdido totalmente su belleza, sino también la memoria”.
Los comensales casi aplauden y La Doña gesticulaba cosas inaudibles y quedó perdida con su memoria…