El autor de excelentes obras como la novela 24 horas en la vida de una mujer, pensó que los nazis ganarían la guerra y ya no habría sitio para los poetas, y él por su origen, sentía que la persecución sería implacable, hasta el exterminio de toda su raza. Zweig, viajó a Brasil, reconociendo que en su pensamiento había cierto aire de la habitual arrogancia que tienen los europeos, que pensaban que la única civilización posible era la europea. Sin embargo, el biógrafo de Sigmund Freud, desde su primer viaje a Brasil, tuvo que reconceptualizar lo que se entendía como “civilización”, al ver la barbarie en la que estaban ocupados los europeos en plena Segunda Guerra Mundial. Y más allá de las estadísticas económicas que definen el desarrollo de un país, Zweig consideró como un gran signo de la civilización la vocación para la paz y el respeto que los ciudadanos tienen entre sí, a pesar del gran crisol de razas y condiciones socioeconómicas de un pueblo. Descubrió entonces que Brasil, era un país mucho más civilizado que aquellos países, como la Alemania de Hitler o la Italia de Mussolini, que consideraban la supremacía de una raza sobre las demás. Los primeros recorridos de Zweig por el país del caudaloso río Amazonas, fueron de Río de Janeiro a São Paulo, para después viajar a Campinas. Se dio cuenta pronto, al ver el mapa, que apenas había recorrido una mínima parte de ese país, el más grande de América del Sur y el quinto de todo el orbe. Así pues, con ese entusiasmo, para Zweig en 1940, Brasil sería el país del futuro. Había mantenido todo el Siglo XIX sin dictaduras y con una emancipación pacífica de Portugal. Después, en el Siglo XX, entre 1964 y 1967, Brasil se vio sometido por el dictador militar Humberto Branco y posteriormente llegó otro dictador, el general Ernesto Geisel.
Y más adelante, a finales de los años ochenta y principios de los noventa, llega al poder uno de los gobiernos más desastrosos y corruptos de Brasil, según lo señalan expertos analistas de la historia brasileña reciente: Fernando Collor de Mello. Afortunadamente vuelven tiempos mejores, renace la esperanza y las predicciones de Zweig, vuelven al primer plano a la llegada de uno de los líderes más carismáticos y exitosos de la historia de América Latina: Luiz Inácio Lula da Silva, presidente del amazónico país, del primero de enero de 2003 al primero de enero de 2011. Con Lula, presidente de izquierda, llega a Brasil el plan de inversión en educación superior y de investigación más agresivo de la historia de Latinoamérica. La semana pasada estuve justamente en São Paulo, Brasil. Asistí a la Primera Reunión Bi Regional, América Latina y Europa, de Asociaciones de Universidades. Fui en representación de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), de México. Me correspondió coordinar la Plenaria sobre Internacionalización y Movilidad. Los participantes fueron las Asociaciones de Universidades de Portugal, Colombia, Dinamarca y Nicaragua. Pero además de esta actividad y escuchar durante cuatro días diversas e interesantes participaciones de asociaciones universitarias de países como Alemania, Francia, Inglaterra, España, Portugal e Italia (por parte de los europeos), y de Brasil, Argentina, Chile, Colombia y Nicaragua (por los latinoamericanos), tuve la oportunidad de estar en la Universidad de Campinas, institución pública. Permítanme exponer brevemente sólo un ejemplo de lo que está haciendo Brasil en materia de inversión en materia de educación superior e investigación.
El presupuesto de esta universidad es de 835 millones de dólares, aportación del estado, más 283 millones de dólares que se obtienen por la vía de contratos de investigación, en su vinculación con empresas de la talla de Samsung, Motorola, etc. Tiene 6 campus, 22 escuelas, 17 mil 650 estudiantes de licenciatura y sorpréndanse, 26,869 estudiantes de posgrado entre especialidades, maestrías y doctorados. Su planta docente es de 1727; el 98% con doctorado y el 90% de tiempo completo, cuya producción científica es de más de 2000 artículos en revistas indexadas, 67 patentes, 14 incubadoras con las compañías citadas, 222 spin offs. Este es el Brasil del presente que imaginó Stefan Zweig. ¡Hasta la próxima! Twitter: @Bilbao_pieldura E-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.