De acuerdo con un estudio realizado por el Centro de Investigación "Morelos Rinde Cuentas", la Entidad Superior de Auditoría y Fiscalización (ESAF) es el órgano más castigado a nivel nacional y recibe un presupuesto raquítico comparado con otros órganos.
En el 2018, recibió sólo 18 millones de pesos; este año, el G15 pretende asignarle 30 millones de pesos y aún así es un presupuesto menor para su desempeño.
Roberto Salinas Ramírez, codirector de dicho centro, refirió que esa falta de recursos se ha visto reflejada en los pocos resultados que ha dado la ESAF.
De igual modo, señaló que en los últimos años sólo siete auditorías han sido concluidas y con gran opacidad; "el rezago es enorme", destacó Salinas Ramírez, además de indicar que el auditor debe ser elegido a través de procesos transparentes y abiertos.