La crisis por la pandemia tambien se refleja en las iglesias, donde por medida sanitaria permanecen suspendidas las celebraciones litúrgicas.
En algunos casos se transmiten misas por internet y continúan con algunos servicios, pero se enfrentan dificultades para el pago de salarios de trabajadores, así como de luz, agua y otros.
Tal es el caso de Tlaltenango, cuyo párroco José Luis Rosales Gutiérrez explicó que la iglesia se sustenta por la ofrenda que brindan los fieles, ya sea en las misas o en las celebraciones por bodas y quince años, en festividades.
Al respecto del tema, comentó que los propios trabajadores buscaron una alternativa, por lo que la secretaria junto con su madre idearon preparar comida que venden los fines de semana; los católicos avisan por WhatsApp quienes pueden aportar comprando órdenes de comida y los fines de semana ayudan a recogerlos.
La capacidad es limitada y sólo preparan entre los propios trabajadores (y la mamá de la secretaria) lo que les encargan; con eso han obtenido recursos para el pago de lo mínimo indispensable.
El sacerdote anotó que acatarán las indicaciones del obispado, quien les instruyó no abrir templos hasta que el semáforo de alerta de autoridades de salud lo indique, y con todas las medidas correspondientes.