Cuautla.- La cantina “La Brisa”, ubicada en la esquina de las calles de Batería y Valerio Trujano en el Centro Histórico de Cuautla, fue clausurada dos veces en un solo día, ante la insistencia de sus propietarios de empezar a funcionar, sin contar aún con la documentación que debe acreditar que no representa un peligro para los parroquianos, derivado de los daños en el inmueble por el temblor del pasado 19 de septiembre.
Esta cantina es considerada como histórica debido a que aquí acostumbrada reunirse el General Emiliano Zapata Salazar con sus allegados durante la Revolución mexicana; sin embargo, el sismo provocó daños que hasta ahora se desconocen debido a que su propietarios inició la rehabilitación del lugar al día siguiente del temblor sin tomar en cuenta a las autoridades de los tres niveles de gobierno.
La mañana de este miércoles, elementos de Protección Civil, Gobernación Municipal, Industria y Comercio, Seguridad Pública y Tránsito Municipal acordonaron el edificio e impidieron que siguiera funcionando al no contar con ningún documento que avale el buen estado de la construcción.
A pesar de este apercibimiento, el propietario violó el acordonamiento y la prohibición y reabrió sus puertas a los consumidores, con la música a todo volumen, lo que fue denunciado por los vecinos a las autoridades y se realizó un nuevo operativo para clausurar el lugar ante el desacato, por lo que se tuvo que evacuar a los parroquianos y a las damas que convivían con ellos en el interior.
El responsable de este negocio, Fernando Flores, manifestó que no recibió ninguna notificación previa, mucho menos recibió la visita de las autoridades después del sismo, por lo cual por cuenta propia procedió a presentar un proyecto ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que revisara y autorizara la reparación de este negocio.
“Contrate a un ingeniero especialista en estructuras para que él me dictaminara de manera independiente, porque por parte de las autoridades municipales, estatales ni federales tuve apoyo, por recomendación de él ya que forma parte del catálogo del INAH, buscamos un restaurador e hizo todo el proyecto ante el INAH”. Aseguró que el INAH aprobó las reparaciones de los daños que surgieron tras el fenómeno natural, lo cual se realizó y no otra modificación o remodelación “nada se hizo fuera de la ley”, afirmó.
Por su lado, el secretario del Ayuntamiento, Miguel Ángel Rodríguez Ortiz, informó que el propietario no cuenta con ningún tipo de documento que certifique el buen estado del inmueble, pues a pesar de que haya realizado trámites y presentado un proyecto ante el INAH, mientras no exista una respuesta de ese instituto no puede abrir al público su local.