De acuerdo con la socióloga Adelina Monroy Guerrero, impulsora de programas de rehabilitación, “en las instituciones publicas como el DIF, son las madres y padres quienes llegan muy desesperados porque sus hijos han caído en el uso de drogas o alguna actividad delictiva. Buscan saber qué pueden hacer con sus hijos y sabiendo que ya no tienen idea de lo que pueden realizar. La realidad es que aquí no hay centro para internarlos, pues se trata de que se rehabiliten; pero lo mas importante es prevenir, porque luego se presentan más dificultades”, apuntó.
Reconoció que a pedir ayuda “llegan desde todas las edades, pues antes se pensaba que de los 15 años, pero hoy tenemos niños que han incursionado en el alcohol, la mariguana y otros, porque los traficantes ven en las escuelas su nuevo mercado y ya no están ahí a salvo. Se trata de niños de 10 u 11 años”.
Y recordó que “antes uno decía que eso sólo les pasa a los niños que no van a la escuela y que están en la calle. No; a los mismos niños en la escuela se les está ofreciendo (alguna droga). De ahí que a los padres se les pide que estén pendientes y a prevenir”, finalizó.