Luego de haber estado en medio de la explosión, que de acuerdo con testimonios de vecinos de diversas comunidades, ésta se escuchó en un radio de 10 kilómetros, las víctimas fueron sepultadas.
La tarde de este miércoles se llevó a cabo el sepelio de las dos personas que perdieron la vida al explotar un polvorín en el municipio de Ocuituco; más de un millar de personas acompañaron a los féretros con los restos de Jesús Adaín Ramos Sánchez, de 32 años de edad, y de su trabajador José Juan Díaz Espino, en la misa de cuerpo presente y hasta el panteón en donde cada familia se separó para depositarlos en sus respectivas tumbas.
Otros dos trabajadores que estaban en otro módulo, distante a 15 metros, salvaron la vida, pues el material que manipulaban no estalló.
De hecho, personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) destacado en la zona del accidente confirmó a las autoridades que el occiso contaba con el permiso 2255 de esta autoridad para la elaboración del producto e incluso, seguía las medidas recomendadas, situación comprobada en diversas supervisiones.
Este mismo polvorín había tenido una explosión en noviembre de 2008, aunque en esa ocasión no se presentaron personas lesionadas.
La unidad regional de Protección Civil, a cargo de Jesús Hernández Mendoza, comentó que tiene identificados este tipo de polvorines en los municipios de Ocuituco, donde existen ocho espacios de esta naturaleza, además de Totolapan, Tepoztlán y Jonacatepec.
En cuanto a las explosiones de cohetones que han causado daños, está el antecedente de la ocurrido el 24 de diciembre de 2002, cuando en Jonacatepec se desarrollaba la tradicional “arrullada” del Niño Dios, para lo cual se lanzaban los cohetones. Hubo tres personas lesionadas.
En octubre de 2004, cuando el ex presidente municipal de Axochipan Leopoldo Rodríguez Galarza, de origen panista, ordenó guardar los explosivos no usados la noche del 15 de septiembre en el módulo de la policía en el crucero de Tzicatán, éste fue destruido y se reportaron pérdidas de un millón de pesos por el edifico que había sido construido por la administración que le antecedió y que fue encabezada por el priista Cecilio Xococotla Cortés. La inversión jamás fue recuperada.
El 10 de diciembre del año pasado se registró una explosión con cohetes, cuando sobre el bulevar a Casasano, en Cuautla, se desarrollaba una procesión en celebración de la Virgen de Guadalupe por integrantes de la ruta del transporte colectivo de Tlayacapan. Una mujer que resultó herida falleció después de varias semanas de estar hospitalizada.