El efecto de demostración, además del mensaje enviado a todo el mundo por el pueblo egipcio, también tenía un costo económico; la economía estuvo paralizada, el Canal de Suez también afectado, además las presiones de los países europeos y de los Estados Unidos sobre el presidente Mubarak fueron determinantes. Como en muchas ocasiones, las grandes potencias protegieron sus intereses y trataron de influir en el mandatario egipcio para que abandonara el poder. El anuncio de que no se postularía para la siguiente elección y que tampoco su hijo participaría en los comicios trataba de calmar a las multitudes, pero éstas no cedieron. Lo que querían era a él fuera del poder inmediatamente, un gobierno de transición y elecciones libres.
Finalmente lo lograron. El vicepresidente Omar Sulaiman anunció que el presidente Mubarak había decidido renunciar y entregar el poder a las fuerzas armadas. El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas disolvió el Parlamento, suspendió la Constitución y el jefe del Consejo, el general Tantwi, ofreció entregar el poder a quien resultara vencedor en las elecciones. La renuncia al cargo tenía como objeto un cambio de política. El ejército ha tenido siempre un gran prestigio en la sociedad egipcia; de ahí han salido los líderes Nasser, Sadat y Mubarak, y la demanda de un gobierno de transición que convocara a elecciones en el corto plazo y acatara la decisión en las urnas, el Consejo la ha aceptado.
Ahora hay otras fuerzas en Egipto que son importantes, entre ellas la Hermandad Musulmana. Ésta ha tenido a lo largo del tiempo una participación política, ha estado en las elecciones parlamentarias, ha tenido un grupo de representantes en el Parlamento egipcio, ha participado en acciones sociales y poco a poco ha venido tomando la forma de un partido político. Sin embargo, en el medio musulmán hay dos tendencias: una es la moderada tomando como ejemplo el gobierno laico de Turquía con libertad de expresión y con libertad religiosa y sobre todo la separación de la religión del Estado. En contraposición a esto, está parte de la tendencia musulmana integrista con la idea de establecer el califato, es decir, la unión de la religión con el Estado.
El argumento de los moderados es fuerte porque el ejemplo de Turquía, una nación que ha ido evolucionando tratando de mantener las distintas tendencias religiosas fuera del aspecto político, les ha dado resultado. En varios lugares en Egipto hubo manifestaciones en que participaron musulmanes y cristianos. Hay una fotografía que ha dado la vuelta al mundo de un líder musulmán con el Corán en la mano y un líder cristiano copto con una cruz levantada en un mismo mitin. Esto es algo que mucha gente en Egipto y en el resto del mundo desea, que no se convierta esto en una guerra civil con tintes religiosos.
Para todos, es muy claro que el Islam es una fuerza importante en las consideraciones que se tengan que hacer en la formación de una nueva estructura gubernamental, pero también evitar el convertirse nuevamente en una revolución como la de Irán, en donde el clero musulmán acaparó el poder y se volvió tremendamente radical.
Hay partes que son importantes de considerar en este rubro. Egipto en un tratado que firmó Sadat con Golda Meier reconocía el Estado de Israel. Éste es un problema fuerte para los musulmanes, y ahora si la alternativa fuera con un gobierno civil con separación de religión y Estado, probablemente las negociaciones continuarían. Pero si fuera un gobierno religioso, radical el problema con Israel volvería a incendiarse.
La noticia de la renuncia de Mubarak tuvo demostraciones jubilosas tanto en la Plaza de la Liberación como en otras ciudades de Egipto. El primer paso está dado para un cambio en una sociedad tantas veces manejada desde el exterior, realmente en un concepto de gobierno colonial, después los gobiernos militares tratando de tener un equilibrio entre lo militar, lo civil y manteniendo lo religioso en una situación de moderación. Ahora es cosa de esperar y ver cómo viene la lucha electoral y sobre todo el papel que juega el ejército que hasta ahora ha sido de establecer condiciones pacíficas, no tomando partido, y esperemos ver si también surge un nuevo líder desde el ejército o empieza el civilismo con una nueva concepción de gobierno y de sociedad. Es decir, hay tres alternativas: la alternativa de un líder militar, de un líder religioso o de un líder civil que establezca normas que garanticen la democracia y la evolución del pueblo Egipcio.