En tal sentido se manifestó Juan Antonio Guerra Torres, comerciante dedicado a la renta y venta de películas originales, quien además consideró que “el esperar tantos años para una acción de la justicia provocó que se cerrara el 90 por ciento de los establecimientos que funcionaban hace 15 años. En ese sentido, como prestadores de servicios fuimos devastados”, comentó.
“Nosotros enfrentamos una de nuestras crisis más severas, pues debemos de enfrentar a una gran cantidad de personas que, conociendo que cometen un acto ilegal, se dedican a la renta y venta de cintas y CDs ‘piratas’, evadiendo así el pago de los impuestos y otros gastos que se generan en la industria de los videoclubes”, agregó.
El comerciante explicó que las diferencias entre el material que rentan no es solamente la calidad y un precio mayor al que se consigue en lugares como el Centro Comercial Cuautla o el mercado Niño Artillero, sino que lleva implícito el pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA), pagos de rentas que generalmente oscilan en los mil 500 pesos mensuales, así como servicios de telefonía y electricidad, que los informales no deben desembolsar.
Destacó que a estos gastos se incrementan los impuestos por el uso de las cintas a través de su renta; “pero definitivamente en lo que ha transcurrido del año ha resultado negativo y solamente se espera que conforme transcurra el tiempo, lleguen mejores ventas y en la renta de las cintas”, finalizó.