De acuerdo con la coordinadora general del centro, Martha Patricia Vélez Tapia, “ellas están consideradas en el Capítulo XIII de la Ley Federal del Trabajo, en donde se les protege en su jornada laboral, en cuanto a un salario mínimo profesional y prestaciones generales como el resto de la población trabajadora”.
Sostuvo que “por lo general, hay muchas trabajadoras migrantes de otros municipios hacia las ciudades, entonces esto nos indica que en el resto de los municipios, las cuestiones de salario son mucho menores. Por ello, a nosotras nos gustaría trabajar en estos municipios, donde hay más trabajadoras domésticas con necesidades de conocer sus derechos, sobre todo como saber cómo negociar una contratación en casa”.
Asimismo, estableció que “al ser un trabajo individual y personalizado, es bastante aislado; es muy difícil ciertamente llegar a ellas para reunirlas, de ahí que nosotras nos basamos en un instrumento que son bolsas de colocación”.
En relación con la falta de reconocimiento a estas trabajadoras y hasta condiciones de desprecio, estableció que “la cuestión es muy cultural, en cuanto a que se reconoce socialmente que el trabajo doméstico es como muy natural de las mujeres, que es un trabajo que desde niñas debemos de saber hacer”.
Incluso, dijo, “todos esos calificativos que se imponen, son cuestiones culturales de nuestra sociedad. Entonces, al decir trabajo doméstico, señalan que todas las mujeres los saben hacer; es muy sencillo, lo aprenden desde pequeñas, no necesitan estudiar ni profesionalizarse, no hay estudios para ello y se subestima mucho la actividad”, indicó.
En este sentido, agregó que “deben estar conscientes que son trabajadoras, que forman un gremio sectorial y no van a pedir limosnas y con base en ello deben aprender sus derechos laborales y aprender a negociar”.
Con una población que fluctúa entre 160 y 230 personas que se capacitan y ellas a su vez capacitan a otras, hoy en día, cuentan con 52 líderes que están dispuestas a capacitar a sus compañeras.
Asimismo, Vélez Tapia reconoció que “hay riesgo que por tener conocimiento de defender su jornada o salario, son los despidos injustificados y a ello se arriesgan. Pero tenemos también casos exitosos, donde la trabajadora puede hacer la demanda y logran sus indemnizaciones a favor”.
Para finalizar, la coordinadora ratificó “la importancia de seguir trabajando con las mujeres, ya sea en derechos laborales o derechos humanos, para hacerlas conscientes de que son ciudadanas con todos los derechos”.