De acuerdo con la versión de las autoridades, el alcalde sostenía una reunión con familiares de una de las víctimas de la delincuencia y compañero de trabajo de los taxistas, quienes eran encabezados por su presidente, Enrique Jiménez Martínez.

De hecho, el último taxi que fue robado, se encontró el pasado martes en la colonia Mixtlalcingo, de Yecapixtla. Por lo que “el presidente platicó y acordaron apoyar de manera institucional en las gestiones ante las instancias correspondientes”, señala un comunicado.

Fue cerca de la medianoche cuando arribó el grupo de taxistas, quienes exigieron que el alcalde los recibiera en su casa y que, tras golpear las puertas, “tuvieron algunos forcejeos con familiares del alcalde, entre ellos el mismo presidente de radiotaxis insurgentes y la señora Carlota ‘N’, propietaria de taxis del mismo sitio”.

Molesto, el presidente les indicó que no eran las formas de entablar un diálogo y abrió las puertas de su casa a una comisión de las dos agrupaciones para escuchar sus demandas”.

Además les explicó que “ya se han girado instrucciones para elevar las medidas de seguridad en taxis, mediante módulos de seguridad de la Policía Municipal en las salidas de las comunidades, donde los elementos revisan y toman nota del destino y sus pasajeros; pero los trabajadores del volante dispusieron no acatar esas medidas porque les resultaba molesto a los pasajeros”.

Para finalizar, Hernández Mendieta sostuvo que “las acciones seguirán mediante mecanismos acordados al interior de la corporación policiaca”.