A la llegada del grupo, mayoritariamente hombres, se solicitó a los empleados que abandonaran las oficinas públicas, mientras que los inconformes se situaron en su mayoría en las escalinatas que conducen a la planta alta de la alcaldía.
El grupo, reacio inicialmente a conceder una entrevista, finalmente accedió con la condición de no dar a conocer sus nombres y que sus rostros no fueran revelados “por temor a que haya una represalia en nuestra contra, pues ya existe la versión de que el funcionario buscará agredirnos”.
Y es que señalaron que “nos entrevistamos con el presidente municipal, Alfredo Reyes Benítez, a quien le comentamos nuestra inquietud y una vez terminada la quincena que corría, el jefe policíaco sería dado de baja”.
Los inconformes refirieron que habían recibido el aviso de que el alcalde estaba en la ciudad de Guadalajara “y después nos dieron la versión de que estaba en el Distrito Federal. Finalmente pudimos hablar con él y existe el compromiso de que estará para escucharnos al filo de las 19:00 horas” de ayer.
Asimismo, añadieron “que si eso no ocurre, a esa hora vamos a quemar ese vehículo oficial”, mientras señalaban una camioneta Ford Ranger doble cabina, color gris, con placas de circulación NV-91-366, la cual estaba estacionada frente a la presidencia municipal.
Asimismo, explicaron que una vez que ya estaban en ese sitio, “recibimos una llamada telefónica de parte de los regidores, quienes nos señalaron que desde su competencia van a apoyar nuestra petición para que el funcionario, que es compadre del presidente municipal, sea removido”.
Después de las 17:00 horas se inició el llamado a la población a través de altavoces, con la intención de conseguir su apoyo, razón por la cual el número de personas reunidas frente a la presidencia fue creciendo hasta llegar a cerca de un centenar de inconformes.
Dos horas después se estableció un operativo por parte de la Policía Municipal; cerca de 20 uniformados se acercaron a la zona con la intención de intervenir, en caso de que fuera necesario, en tanto que personal de la Policía Preventiva Estatal se encontraba un poco más alejado.
Asimismo, el jefe policíaco Antonio Barrera comenzó a realizar la entrega de impresos, a través de los cuales buscaba convencer a la ciudanía de que no está involucrado en la comisión de algún delito, ni tiene nexos con delincuentes.
El grupo recibió la promesa de que a las 20:00 horas arribaría el alcalde, luego de que decidió no cumplir la amenaza de quemar el vehículo oficial. Exactamente a esa hora se les avisó a los inconformes que más tarde llegaría el presidente municipal.