Los hechos fueron presentados durante el desahogo de pruebas en el Juzgado de Primera Instancia del Séptimo Distrito, ubicado en Jonacatepec, ante el secretario de Acuerdos, al cual le declaró el testigo que él nunca puntualizó como homicidas ni que fueran a bordo del vehículo que los atacó durante el asesinato del funcionario.
También agregó que nunca dijo qué tipo de automóvil se les había emparejado, pues señaló que todo fue muy rápido y no alcanzó a ver, sólo escuchó las detonaciones unos segundos antes de que la camioneta en la que viajaban el alcalde, su familia y sus escoltas, quedara volcada sobre el bulevar Emiliano Zapata. Con ello Clemente Barrales González dejó en claro que en ningún momento acusó a Ranulfo Carolino Morán Lima, ni a su hijo y a su trabajador como los autores del homicidio.
Lo que sí señaló en el desahogo de pruebas, es que los policías ministeriales que en aquel entonces lo detuvieron como testigo presencial de los hechos, le mostraron fotos de la camioneta, desde la que supuestamente se habían realizado los disparos. Además afirmó que cuando le dieron a firmar las hojas de su declaración, le prohibieron leerlas, argumentando que era lo mismo que les había dicho y que ya no había tiempo porque debían continuar efectuando averiguaciones, por lo cual accedió sin saber con exactitud qué contenido tenían esos documentos.
Desde el asesinato de Abraham Ortiz Rosales, donde también falleció su hijo Isaac de tan sólo 9 años de edad el pasado 10 de enero, el caso ha estado plagado de irregularidades, tras la declaración del ex escolta Clemente Barrales González del caso en contra del tesorero Ranulfo Carolino Morán Lima, de Hugo René Morán Estudillo y de Hipólito Sangilan Domínguez, expediente que fue integrado por la Procuraduría General de Justicia (PGJ), el cual no cuenta con un sustento que avale la acusación descrita.