En la nueva sede de la calle de Catalán, en pleno Centro Histórico de Cuautla, en donde hacen grandes esfuerzos por rehabilitar el inmueble que les fue alquilado por una módica cantidad, albergará no solamente una sala de atención para los enfermos de VIH, entre los que se encuentran niños que fueron contagiados desde el vientre de la madre, sino también un taller en donde podrán maquilar ropa para allegarse de recursos no sólo para la institución, sino también para quienes se encuentran en esta situación.
A través de la agrupación reciben terapia psicológica, atención clínica y los medicamentos que de manera gratuita se les otorgan, y ahora con la nueva ubicación, en un espacio accesible para la población, en las últimas semanas más personas se han acercado a la institución, lo que implica que hay mucho más casos, que por la pena o el temor a ser señalados no habían pedido apoyo.
Yolanda Sánchez puntualizó que dentro de la mística de servicio, una de las principales políticas que se siguen es la discrecionalidad de los casos, pues el temor de las víctimas de este padecimiento es de ser rechazados socialmente; pero en contraparte, en esta agrupación encuentran el cobijo y la protección que no reciben inclusive en sus hogares.
De ahí que muchos de los enfermos se refugian en las actividades que se realizan, comparten sus experiencias de vida y sobre todo, se integran en una gran familia con el personal, los voluntarios y quienes por primera ocasión llegan a este lugar.