Aseguran que están acostumbrados desde siempre a este tipo de manifestaciones por parte del coloso, aunque reconocen que el pasado viernes vivieron un espectáculo diferente, al emitir material incandescente sobre el cráter.
Sin embargo, señalan que aun cuando ha habido fumarolas frecuentes con ceniza, no ha caído en esta comunidad que se ubica dentro del primer radio de riesgo del volcán, por lo que tampoco han resentido afectaciones en su salud.
Los habitantes de Hueyapan continuaron con sus actividades diarias. Tan solo este martes durante el simulacro de evacuación realizado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), los vecinos ni se inmutaron; los adultos acudieron a sus trabajos, las amas de casa a sus labores o acudiendo a citas médicas, los estudiantes en las escuelas y otros jugando en la plaza principal frente a su ayudantía.
Entrevistada cuando esperaba turno en el Centro de Salud de Hueyapan, para cumplir con su cita marcada por el Programa Oportunidades, la señora Adela Torres Flores comenta que el Popocatépetl es un vecino con el que han aprendido a convivir. “Lo vi antier en la nochecita, se veían las piedras que caían así prendidas. La gente ya ni se espanta, de por si a dónde se va a ir. No se va”.
En el mismo lugar, la señora Severa Arenas Rojas indica que el incremento en la actividad del volcán, es considerado algo normal. “Mucha calma y tranquilidad, porque alarmarse todavía no. Nosotros estamos muy acostumbrados. Yo desde que nací sé que el volcán está activo, ahorita lo estamos tomando con bastante tranquilidad para no alarmar a nadie, sobre todo a los pequeños que van a la escuela y nuestra vida normal, actividades normales, acudimos aquí, que tenemos cita, nuestros esposos salen a trabajar, la rutina diaria”, comenta.
Ambas aseguran que entre los vecinos existe mucha resistencia a una evacuación, porque consideran que no va a pasar nada y porque su patrimonio se pone en riesgo, “hace 12 años que lo hicimos, lo tomamos como con más rapidez, pero también dejamos nuestras pertenencias y ya ve, como todo, empezaron a saquear. No pasó nada y aquí se empezó a perder varias de nuestras propiedades y en este sentido no le podía yo decir. Pero yo supongo que sí habrá gente que sí está dispuesta a salirse”.
Agrega que durante todo este tiempo, han estado al pendiente de las noticias para saber qué pasa con el volcán, aunque ellos lo tienen a tan sólo 12 kilómetros de distancia, pero aun no conciben la posibilidad de abandonar su comunidad de manera temporal.