Su temor lo fundamentan en la omisión en la que han incurrido las autoridades municipales en los últimos ocho años, tiempo en el que se permitió el depósito de basura de otros municipios sin las normas ambientales vigentes. Los escurrimientos tóxicos, aseguran, contaminan sus tierras, el aire y el agua con la que riegan sus cultivos.
Ante esa preocupación, La Unión de Cuautla logró que los encargados de la operación del Relleno Sanitario “La Perseverancia” permitieran realizar un recorrido por las celdas de confinamiento, para verificar el estado en la que están funcionando.
Los administradores del relleno aseguraron que el riesgo de contaminación se ha eliminado al haberse concluido los trabajos de regularización y remediación del sitio de confinamiento. Carlos Ponce Chávez, responsable de “La Perseverancia”, aseguró que a un año de que la empresa Operadora de Ferrocarril y Manejo de Rellenos Sanitarios (OFRS) asumiera el control, se implementaron todas las normas sanitarias que exige la ley.
Aseguró que esta empresa tomó las riendas del lugar el 15 de julio del año pasado, con tan sólo dos semanas de vida útil, por lo que se trabajó en la regularización y remediación del lugar, con base en la Norma Oficial 083; logrando que a la fecha se haya eliminado al máximo la contaminación que producía, e incluso están en vías de lograr la certificación como industria limpia.
“Lo primero que hicimos fue recoger toda la basura que estaba al ras del suelo, sin protección; la metimos a las celdas, combatimos los lixiviados, los recirculamos hacia las mismas celdas, por lo que del mes de enero a la fecha, no hay fuga de lixiviados”, aseveró.
A diferencia de la empresa DOMOS, que explotó el lugar sin realizar ningún trabajo de remediación y que mantuvo siempre una actitud de cerrazón hacia la población y los medios de comunicación, la empresa Operadora de Ferrocarril y Manejo de Rellenos abrió sus puertas para realizar un recorrido por sus instalaciones.
En éste se pudo apreciar que la laguna donde se captan los lixiviados de las tres celdas se encuentra a un 45 por ciento de su capacidad, además de que se colocó geomembrana en las cunetas que rodean las celdas para captar y conducir los escurrimientos, evitando así que se escapen al subsuelo o las tierras de cultivo aledañas.
También se apreció la ausencia de fauna nociva o aves de rapiña y el abatimiento casi total de los malos olores, pese a que, al ser un relleno sanitario regional, continúa recibiendo la basura de diversos municipios de la entidad, principalmente de Cuernavaca.
Los responsables de la operatividad del espacio dijeron estar abiertos a la población para que despeje sus dudas acerca de su funcionamiento, pues reconocieron que existe una pésima imagen del lugar por haber funcionado como basurero a cielo abierto por varios años, hasta el año pasado, cuando la empresa OFRS se hizo cargo de su remediación.
Carlos Ponce Chávez, acompañado de Ángel González Pérez y Manuel Algara, todos responsables del funcionamiento del Relleno Sanitario “La Perseverancia”, aseguraron que la contaminación por lixiviados está totalmente descartada durante esta temporada de lluvias, por lo que los habitantes no tienen de qué preocuparse.