Lo anterior ocurre cuando empezaron a circular copias de facturas y cheques de operaciones realizadas por el director del SOAPSC, Jesús Becerril Cedeño, como parte de las labores de mantenimiento y reparación de la maquinaria del organismo y con las que se presume se cometieron irregularidades que favorecieron económicamente a allegados del director. Presuntamente, dicha información forma parte de una denuncia que realizara el comisario del organismo y que se deriva de una auditoría practicada previamente.
A partir de esa información se empezó a especular de que había funcionarios que estaban propiciando la “fuga” de información, razón por la que fueron cesados de sus cargos.
En el boletín, que se presume fue difundido desde la dirección, se acusa que “se ha venido ejerciendo una mafia interna dentro del SOAPSC, que para la Dirección General es y ha sido un punto muy importante de combatir con los malos manejos de funcionarios heredados de otras administraciones pasadas. Tal es el caso del C.P. Víctor Hugo Vargas y del Sr. Azahel Pinzón, los cuales fungían como Subdirector Administrativo y Jefe de Compras, llevando a cabo acciones en contra de los intereses para transparentar el actuar de la presente administración y a su vez contrayendo compromisos extralegales y vicios para una mala calidad de desempeño del mismo sistema operador”.
Se da cuenta que por esas razones fueron despedidos por el director general. Sin embargo, este lunes se protagonizó otro escándalo cuando una funcionaria fue notificada de que también estaba destituida por irregularidades, pues ésta se negó a dejar el cargo, lo que propició que el director del SOAPSC pidiera el auxilio de la Policía Municipal para echarla de las oficinas junto con otras tres personas. Al cierre de esta edición trascendió que el presidente municipal Luis Felipe Güemes determinó dejar sin efecto los despidos hasta ser analizados en la próxima asamblea de la Junta de Gobierno.