Hilda Olivia Aranda Franco, coordinadora delegacional de Nutrición y Dietética del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señaló lo anterior e invitó a los adultos “a participar en la prevención de la obesidad en los infantes, ya que la cifra aumenta cada vez más debido a los nocivos hábitos alimenticios. Por lo que recomienda, que al pequeño se le prepare para el refrigerio un sándwich de huevo, de queso, de requesón, de longaniza, de jamón y/o de frijoles que lleve como complemento lechuga, cebolla y cualquier tipo de germinado”.
“Se recomienda que los niños antes de ir a la escuela por lo menos ingieran un vaso de leche y alguna fruta. Los niños requieren de alimento nutritivo para obtener la energía que requieren las neuronas del cerebro”.
“De esta forma el sándwich aumenta su valor nutricional y aumentamos el consumo de fibra, la cual es muy importante para mejorar la digestión y ayudarnos a eliminar excesos de glucosa y colesterol. También recomienda que ingieran jugos o agua de frutas naturales, para evitar en lo posible el consumo de bebidas industrializadas que contienen elevadas cifras de azucares y calorías, y de las que por cierto hay alto consumo”, subrayó.
Asimismo, la nutrióloga destacó: “tanto en la etapa preescolar y en la primaria los niños consumen muchas golosinas y alimentos que sólo los engordan y no los nutren ya que contienen mucha grasa. Mientras que en la secundaria los adolescentes se inclinan por lo grasoso y con picante”.
“Por lo anterior, los adultos deben de ingeniar la forma de prepararles alimentos atractivos para botanear, que sustituyan a las frituras. Por ejemplo, palomitas naturales y totopos que se preparan en casa, así como jícama, pepino, rábanos picados y zanahoria rallada. El propósito es buscar darles forma divertida a los alimentos y jugar con colores atractivos para estimular el apetito del niño, estos son ricos en sabor y en valor nutricional”, dijo.