El principal argumento de los propietarios de giros rojos era el alto costo que tendrían los exámenes de laboratorios para certificar su estado de salud, pues se les pretendía cobrar la cantidad de mil 500 pesos por una batería de análisis; sin embargo, este miércoles se acordó que sólo se les cobraría la cantidad de 200 pesos semestrales, al reducirse el número de exámenes a los más prioritarios.
De esta manera, los cantineros del municipio asumieron el compromiso de permitir la revisión periódica de sus meseras, las cuales serán sometidas a certificación médica para la detección de ETS.
Los inconformes fueron atendidos por el director de Salud Municipal, Andrés López Carrillo, y por los regidores Eleuterio Santibáñez Rivera y Ana Guerrero Pinzón, quienes buscaron modificar la batería de lo análisis que les serían practicados. Ahí se aclaró que aunque las trabajadoras de los bares y cantinas no son sexoservidoras, deberán cumplir con los exámenes de laboratorio para mantener vigente su carnet de salud.
Elpidio Estévez León, propietario de una cantina, señaló que antes de esta reunión, los giros rojos eran objeto de notificaciones severas por parte de los inspectores: “Llegaron unos inspectores y decían que si las meseras no se sometían a los estudios, cuyo costo era de mil a mil 500 pesos, iban a infraccionar el local con 500 salarios mínimos. Pero el director de Salud ya nos explicó de qué se trata el programa y consideramos que es una buena estrategia que se realicen este tipo de acciones”.
También se estableció que tendrán que pasar la certificación médica todos los trabajadores que elaboran y preparan los alimentos en esos lugares.