En esta manifestación en la que participaron casi un millar de personas, participó el obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, ante el clamor de los habitantes quienes pidieron su apoyo al sentirse desamparados por las autoridades.

Acompañado por el vicario en la región oriente Jesús Longar, así como de varios párrocos de la región, dirigió un mensaje antes de iniciar la marcha, que partió desde los arcos de entrada de Anenecuilco y término en el palacio municipal de Ayala.

Castro Castro, señaló que el pueblo de Morelos está cansado y herido por las agresiones de la criminalidad, por lo que reconoció la iniciativa ciudadana de salir a las calles a demostrar que los ciudadanos quieren que las cosas cambien.

“La paz aparece como una exigencia, porque estamos viviendo momentos complicados, tan difíciles, Morelos está herido por la criminalidad, esa criminalidad organizada que nos hace vivir en temor, hay muchos hermanos que están paralizados, que son incapaces de denunciar, porque no tienen confianza en ninguna institución, no tienen confianza porque al denunciar a veces las cosas se complican, eso es muy triste, ver a un pueblo paralizado por el temor, ver un pueblo paralizado por las amenazas del crimen organizado, eso debe preocuparnos, que bueno que hay una iniciativa ciudadana, apoyada por todos”, indicó.

Destacó que los obispos del país, tampoco se han cruzado de brazos y en su pronunciamiento han identificado a la pobreza y la desigualdad, como el origen de la violencia y la falta de paz, “cada vez hay más pobreza y más desigualdad, la realidad del subempleo y el desempleo, muchos de nuestros hermanos no tienen una fuente de empleo para poder seguir adelante, eso es también causa y origen de la falta de paz”.

Dijo que la corrupción y la impunidad son cada vez más fuertes, “es tan triste constatar que en tantas instituciones de nuestro estado que deberían luchar contra la corrupción son las más corruptas, yo creo que eso es también causa de esta falta de paz. Es una tristeza constatar que no se puede caminar por las calles con la seguridad y la paz que todo ciudadano necesita, hay temor en ciertas zonas, en ciertos lugares, a ciertas horas, porque es ahí donde reina esa inseguridad”.

La manifestación en las calles, es también un llamado a las instituciones para garantizar el derecho a la justicia, “la procuración de la justicia, cada vez mas es más injusta, que triste también constatar que quienes deben buscar la justicia, ellos también están corruptos. Tenemos también una violencia institucionalizada, a veces las fuerzas policíacas que deberían ayudarnos a encontrar la seguridad, utilizan excesivamente la fuerza, cuántas personas han sido víctimas de la excesiva fuerza de aquellos que tienen la obligación de buscar la paz”.

También hizo hincapié en la necesidad de combatir la violencia intrafamiliar, la violencia contra las mujeres, contra los jóvenes y los niños.

Hizo un llamado a no quedarse cruzados de brazos ante lo que sucede, por lo que valoró la participación de los ciudadanos en esta marcha, “Anenecuilco ha vivido últimamente, víctimas de la delincuencia, tenemos a Ramiro Bustos Medina, a la maestra Matilde Leana Ojeda, a Gustavo Salgado, a Roberto Aguilar, han sido quienes más han tenido que, desgraciadamente enfrentar esta realidad incluso con su propia vida”.

Manifestó que la propuesta de los obispos ante la falta de paz es hacer oración y hacer visible la unidad entre los ciudadanos sin importar sus creencias, “alguien dice de qué sirven estas caminatas, qué cambia después de esto, saben que cambia, en primer lugar la conciencia del pueblo, es importante ver que estamos unidos, que no nos queremos dejar llevar por la corriente y decir que no se puede hacer nada, que podemos unirnos como pueblo de Dios, como comunidad, independientemente de nuestra fe, que podemos unirnos como ciudadanos y decir no nos queremos quedar con los brazos cruzados”.

Agregó que ante las peticiones de los habitantes de la región oriente, el próximo lunes 20 de abril a las cinco de la tarde, se celebrará una misa en favor de las víctimas de la violencia. Además de que para el 23 de mayo, se prepara una nueva caminata en la ciudad de Cuernavaca, donde de nueva cuenta se pedirá por la paz de las familias de Morelos y del país.