En contraste, el supervisor que llegó de Colima para vigilar el funcionamiento del sistema operador de Cuautla señaló que ha presenciado ejemplos de que la gente más vulnerable a nivel económico es la más responsable a la hora de pagar por el servicio, mientras que algunos dueños de hoteles y hospitales tratan de reducir los costos contratando la tarifa asignada a casa-habitación, hecho que amerita ser sancionado, lo que también aplica para las escuelas privadas que obtienen el líquido a través de tomas clandestinas.
Desde mayo a la fecha, la revisión iniciada por Rogelio Arias ha detectado cerca de 25 tomas clandestinas. Sin embargo, el supervisor refirió que si el Soapsc cobrara debidamente a los ciudadanos cuautlenses, eliminando las irregularidades que existen en los contratos, el ingreso mensual sería de hasta tres millones de pesos, y no 756 mil, que es lo que reportó uno de los últimos meses. En este sentido, consideró que la operatividad actual del Soapsc permite que la crisis financiera a la que se enfrenta sea originada por su propia forma de cobrar.