Cuautla.- Debido a que la “chinche hocicona” es capaz de reproducirse en viviendas mal construidas en zonas rurales, suburbanas y urbanas, es necesario llevar a cabo constantes acciones de descacharrización en los hogares, afirmó Gonzalo Sánchez Hernández, presidente del Colegio de Médicos de Cuautla.
El profesionista dijo que primero que nada es la prevención: “tener nuestros lugares, ya sea escuelas, casas o comercios, limpios de madera, basura y otros desechos, pues aparte de la chinche de chagas se acumulan garrapatas, pulgas u otros insectos, por ello la limpieza es prioritaria”.
Citó que la enfermedad de chagas o tripanosomiasis americana, es una enfermedad parasitaria sistémica causada por el protozoario flagelado trypanosoma cruzi.
Se transmite a los seres humanos y otros mamíferos por insectos vectores hemípteros de la subfamilia Triatominae, chupadores de sangre, conocidos popularmente como las chinches de Compostela o chinches besuconas.
Dijo que esta enfermedad es crónica, “se manifiesta muchos años después de haberse alojado en el cuerpo y provoca una alteración en el músculo cardiaco”, de ahí que si a un niño le pica un insecto y tiene el parasito, “varios años después le afectará el músculo cardiaco de este niño y lo incapacita, que es el mayor riesgo”.
La chinche es un insecto que al ser adulto mide cerca de dos centímetros y tiene dos antenas color café.
Señaló que ante la duda es mejor capturarlo, “meterlo en un frasco transparente y se deben de reportar a la jurisdicción sanitaria número tres y ahí les van a decir si es o no esta chinche”.
Observó que existe un diagnóstico temprano en el departamento de epidemiología para quienes hayan sido picados, “a quienes les hacen las pruebas para saber si es o no chagas, de manera que si se detecta a tiempo y se toman las medidas entre ellas un tratamiento adecuado”.
Entre un 70 al 80 % de los afectados son asintomáticas toda su vida, pero a entre un 20 a un 30% esta enfermedad evoluciona a cuadros crónicos sintomáticos asociados a daño en el corazón, el tubo digestivo y el sistema nervioso.
Entre la sintomatología de esta enfermedad se encuentran ronchas en piel, fiebre, dolor de cabeza, náuseas, diarrea, vómitos, ganglios linfáticos agrandados, dificultad para respirar y dolor de los músculos del área abdominal o del pecho.