Como consecuencia de las denuncias hechas por comuneros del municipio de Tetela del Volcán, acerca de la tala de árboles en los bosques de esta demarcación, y su advertencia de iniciar movilizaciones para frenar el ecocidio por su cuenta, autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) clausuraron los trabajos de la carretera Ecatzingo-Tochimilco, la cual, aseguran los inconformes, no cuenta con permisos para pasar por su territorio.
El pasado miércoles los inconformes -encabezados por los comisariados de Bienes Comunales y Ejidales- reclamaron a las autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), de la Dirección General de Ordenamiento Territorial de la Secretaría de Desarrollo Sustentable, de Obras Públicas del gobierno del estado y a la presidenta municipal Ana Bertha Haro Sánchez, el que no se les haya notificado de dicha obra.
Ahí las autoridades aseguraron desconocer el proyecto impulsado por los gobiernos del Estado de México y Puebla, para la construcción de una carretera interestatal que comunique a ambas entidades en las inmediaciones del Parque Nacional Izta-Popo.
Luego de una acalorada asamblea, los comuneros exigieron a los funcionarios de las dependencias federales realizar una verificación en la zona devastada, en donde inmovilizaron la maquinaria y colocaron lonas con la leyenda de clausurado.
El recorrido por la zona fue encabezado por Alejandro Reséndez Zavala, coordinador de la Subdelegación de Recursos Naturales de la Profepa, acompañado por elementos del Mando Único, quienes a petición de los comuneros verificaron la construcción de una zanja, para evitar que entren vehículos para la extracción de materiales para construcción.
Mientras tanto, se mantienen las mesas de diálogo para dar continuidad a las investigaciones en torno a quienes dieron los permisos para la construcción de esa carretera, sin dar aviso al municipio de Tetela del Volcán.
Mientras tanto los comisariados ejidales y comunales y voluntarios se organizan en rondines de vigilancia para evitar que los trabajos de la carretera se reinicien.