Dijeron que desde hace 20 días, la asamblea de ejidatarios y comuneros determinó bloquear los accesos a ese cerro para impedir la entrada y salida de camiones que extraen el material de la mina de piedra caliza que es explotada por Wilfrido Tovar, a quien acusan de pretender despojarlos del cerro.
Sumamente molestos, los campesinos dijeron que a raíz de este plantón el empresario que desde hace 25 años extrae materiales para construcción de ese lugar los demandó por los delitos de ataque a las vías generales de comunicación, despojo y amenazas, cargos que –aseguran- no existen, pues la mina y el camino de saca son propiedad del ejido.
“Los compañeros han sentido la presión, el acoso de los policías ministeriales. Vinieron a acompañar al comisariado ejidal y al consejo de vigilancia para estar presentes en este asunto en donde ellos piden que intervenga el gobierno para que concilie, porque se sienten agredidos, primero por la policía ministerial (sic) que está acudiendo a sus hogares derivado de la denuncia que les hizo Wilfrido en contra de los ejidatarios, porque tienen un plantón a la entrada al cerro de la Iglesia Vieja y, como son acusados por el delito de ataque a las vías de comunicación, por despojo y amenazas, ellos tienen el temor de ser detenidos”, señalo David Irazoque, asesor legal del ejido.
Señaló que los comuneros y ejidatarios sólo buscan dejar en claro que son víctimas de las influencias de su acusador, quien enfrenta un juicio en el Tribunal Unitario Agrario (TUA), el cual decretó la suspensión de actividades en la mina, resolución que el empresario se niega a respetar, pues asegura que ahora él es el dueño del cerro.
“(Tenemos) el interés de hablar con el fiscal y decirle que ellos no están cometiendo ningún delito, no despojaron a nadie, no se apoderaron de ningún terreno ajeno, no están obstruyendo ninguna vía de comunicación, no es carretera, es un tramo de camino de saca propio del ejido, no ha habido ninguna amenaza de parte de los campesinos en contra de la empresa ni el empresario”, indicó.