En los primeros cinco años de vida, Ismael estuvo al cuidado de sus abuelos en Cuautla, Morelos, debido a que sus padres trabajaban en la ciudad de México y buscaban terminar la carrera que tenían en ese momento. Desde pequeño se involucró en el deporte sin saberlo, ya que su abuela tenía una alberca en el patio de su casa que le divertía mucho.
En la ciudad de México, impulsado por sus padres para tener un desarrollo integral en la escuela y el deporte, le dio por practicar futbol, natación y basquetbol; pero poco a poco se encaminó al pentatlón moderno, tras encontrar un grupo de pentatletas de la Secretaría de la Defensa.
“El pentatlón moderno es parte de mi vida, mis padres siempre me dijeron que el deporte es formativo y esa es una de las cosas que te preparan para las cosas de afuera. En el deporte aprendí a ser perseverante, luchar por mis sueños y levantarme una y otra vez, en todas las dificultades que he tenido día a día”, mencionó el atleta de 25 años de edad.
En los 16 años que lleva en este deporte y siete representando a México como seleccionado nacional, ha tenido varios altibajos de los que ha salido con mayor fuerza.
“En el mundial 2012 fuimos Óscar Soto, Álvaro Sandoval, Abraham Camacho, y yo fui el único que logró clasificar a la final para pelear por los últimos boletos rumbo a Londres 2012. Iba bastante bien. Faltaba equitación y me dijeron que era complicado. Tuve un accidente faltando tres obstáculos, tuve fracturas y me costó mucho levantarme”, dijo
A partir de ese momento “medité mucho lo que quería hacer de mi vida porque sabía que debía pelear por mis sueños. Para mí esto es algo que persigo. Luego vienen los Centroamericanos en Veracruz 2014, donde logré dos oros, y en los Panamericanos Toronto 2015 gané una plata consiguiendo la calificación a los Juegos Olímpicos de Río 2016”.
Hernández Uscanga, quien se considera una persona sencilla, dijo que los resultados conseguidos han sido producto de la dedicación y esfuerzo que ha puesto, pero también por el apoyo que le ha ofrecido su familia y entrenadores.
“En mi tiempo libre prefiero leer, me gusta la música, actualmente estoy tomando clases de jazz, de saxofón. Me gusta la comida japonesa, italiana, cocinar un poco y me gustaría llegar a cocinar diferentes cosas. Me gusta el color verde porque encuentro mucha paz, así como lo relacionado mucho con la parte de la esperanza. Me gusta ir al cine y soy aficionado a las películas de súper héroes”, indicó.
Una de sus mayores aspiraciones es llegar a Juegos Olímpicos, y ahora que ya tiene el boleto para esa justa, continuará con su preparación en busca de un buen resultado.
“Eso significa que debo mejorar el séptimo lugar de Ivar Sisniega (Los Ángeles 84), y un octavo sitio de Óscar Soto (Beijing 2008) para escribir mi nombre en esas páginas de la historia, en la que se diga: Ismael Hernández fue un pentatleta exitoso”.
A menos de un año de la justa olímpica veraniega, Ismael buscará planear su trabajo de la mejor manera posible para llegar el próximo 20 de agosto a su competencia, y “no sólo pensando en un sexto lugar, sino en una medalla. Para eso se trabaja con mucha ambición y muchos sueños”.
Y para cumplir con eso trabajará la parte psicológica para “controlar los nervios, es algo que debo trabajar con todos mis entrenadores. Uno tiene que llegar seguro de lo que se ha trabajado, llegar a gusto y sin presionarse uno, sobre todo porque esta competencia se llama Juegos Olímpicos y quiero hacer la mejor competencia de mi vida”.