Donald Trump tiene un as bajo la manga para amenazar a sus socios comerciales en la importación de vehículos por parte de EU.
La comunidad de la industria automotriz en América del Norte teme que la administración de Donald Trump tenga en las manos el pretexto ideal para restringir la entrada de automóviles ensamblados en otros países al mercado más grande del mundo.
Desde hace un par de semanas, el equipo económico de Trump tiene en sus manos los resultados de un estudio realizado para determinar si las importaciones de autos y autopartes amenazan la seguridad nacional de Estados Unidos.
El estudio, realizado bajo un mecanismo conocido como “Sección 232” lo preparó el Departamento de Comercio, encabezado por Wilbur Ross, un multimillonario con intereses en la industria automotriz.
Aunque no se ha hecho público dicho resorte, se cree que podría utilizarse por Trump para imponer tarifas hasta de 25% a los autos y autopartes en una industria que vale aproximadamente 200,000 millones de dólares.
Un estudio del Centro para la Investigación Automotriz de EU (CAR, por sus siglas en inglés), sugiere que el peor escenario, imponer tarifas de 25% podría detonar despidos por hasta 367,000 empleos directos e indirectos. Asimismo, el costo de los automóviles podría incrementarse en 2,750 dólares.
Una acción así causaría ondas de choque a la industria automotriz global en general, y a la de Norteamérica en particular.
Los expertos cree que, si Trump determina acatar las recomendaciones del reporte, en caso de sugerir tarifas, habrían aumentos significativas en el costo de los automóviles, así como despidos a todo lo largo de la cadena de abastecimiento global.
Otra corriente entre los analistas sugiere que, a fin de cuentas, el reporte no recomendará aumento en tarifas, evitando así una crisis industrial global y una escalada en la guerra comercial que EU ha desatado contra socios y rivales como China, Canada, Corea, Japón, la Unión Europea y México.
De acuerdo con Jeffrey Schott, del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE), los hallazgos en el reporte del Departamento de Comercio de EU “podrían detonar restricciones a cientos de miles de millones de dólares de importaciones de EU y provocar otra escaramuza en sus guerras comerciales contra socios clave”.
En el caso de Canadá y México, y dentro de las previsiones del T-MEC, tienen garantizado exportar hasta 2.6 millones de vehículos sin aumento en las tarifas.
El valor de las exportaciones automotrices exentas de tarifas de México a EU de enero a noviembre de 2018 fue de 117.7 mil millones de dólares, contra 55.4 mil mdd de Canadá y 11.4 mil de China.
Pero esta situación amenaza con encarecer los vehículos en la región, advierte Schott, del PIIE. “Para calificar para las preferencias en las tarifas, los productores de Canadá y México deben limitar el uso de partes importadas, lo que incrementará el costo en la construcción de vehículos a exportar a EU”.
Sin embargo, para el CAR las potenciales tarifas bajo la Sección 232 siguen siendo la principal amenaza para la industria automotriz pues el mecanismo sería responsable de más de 90% del daño económico total por la aplicación de una política comercial restrictiva.
El gobierno de EU tiene unos 90 días para decidir si impone tarifas a los autos y arrancar una nueva guerra comercial.
Fuente: Forbes