La canciller de Alemania, Angela Merkel, suspendió este miércoles los planes de decretar un confinamiento colectivo durante la Semana Santa para frenar el alza de casos de COVID-19 y pidió disculpas por la confusión que el tema había creado, reconociendo que fue un “error”.
“Éste error es sólo mío”, aseguró la canciller, que se disculpó en primera persona ante la ciudadanía -pese a que la decisión se tomó conjuntamente entre el Gobierno central y los 16 Ejecutivos regionales- por haber contribuido a la incertidumbre en la pandemia: “Pido perdón a las ciudadanas y ciudadanos”, dijo.
La decisión del confinamiento entre el jueves Santo y el lunes de Pascua, que prohibía las concentraciones públicas y obligaba a cerrar casi todo el comercio, había suscitado fuertes críticas en el país donde la incidencia, los casos y la ocupación de las unidades de cuidados intensivos llevan varias semanas al alza.
Merkel señaló que “la idea tenía la mejor intención” con el objetivo de contener la tercera ola de la pandemia, pero que suscitaba problemas legales y de aplicación.
La canciller se mostró convencida de que Alemania derrotará a la COVID-19, que “el virus perderá lentamente pero con seguridad todo su horror”, pero advirtió de que el camino es “duro y largo”.
Merkel y los jefes de Gobierno de los 16 estados federados acordaron retirar esta medida en una videoconferencia de urgencia esta mañana, menos de dos días después de haberla acordado en la madrugada del lunes al martes en una reunión, plagada de diferencias, de más de 11 horas.
En este encuentro virtual se decidió asimismo deshacer el primer paso de la desescalada, dado el 8 de marzo, por el que se volvían a reabrir, con limitaciones, el comercio minorista, los museos y los centros deportivos. Las escuelas, por el contrario, siguen operando aunque con serias restricciones.