El expresidente Donald Trump ha vuelto a la escena del deporte profesional estadounidense, esta vez, para pedir el boicot al beisbol de las Grandes Ligas después de que anunciaran la retirada de la celebración, este verano, del Juego de las Estrellas en Atlanta, en protesta por la nueva ley de votación aprobada en el estado de Georgia.
Trump, que durante su mandato tuvo un enfrentamiento permanente con las principales ligas por considerar que estaban “politizadas” y los directivos “coaccionados” por las amenazas de los jugadores, instó a los aficionados a boicotear la competición, a través de un comunicado emitido por la organización Save America PAC.
El expresidente afirmó que el liderazgo de las Grandes Ligas tenía “miedo de los demócratas radicales de izquierda”, alegando que el partido presionó al comisionado, Rob Manfred, para cambiar la sede, debido a la nueva ley electoral de Georgia, recientemente firmada por el gobernador republicano Brian Kemp.
Trump también apuntó a las grandes corporaciones con sede en Atlanta como Coca-Cola y Delta, que emitieron declaraciones contra la ley de Georgia, dado que pueden seguir el mismo camino del boicot que van a sufrir las Grandes Ligas.
“El béisbol ya está perdiendo un gran número de fanáticos”, escribió Trump, “y ahora se van de Atlanta con su Juego de Estrellas porque temen a los demócratas de izquierda radical que no quieren una identificación de votante, que se necesita desesperadamente, para proteger nuestras elecciones”.
Por su parte, el gobernador Kemp definió la decisión de las Grandes Ligas como una auténtica “locura”, y afirmó que las leyes electorales en Nueva York, sede de las Grandes Liga, seguían siendo “más estrictas” que las de Georgia.
Durante su presidencia, Trump criticó repetidamente a la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) por permitir protestas de los jugadores durante la interpretación del himno nacional antes de los partidos, algo que consideró un “insulto” y “falta de respeto” al país entero.
El año pasado calificó a la NBA como una “organización política” después de que varios equipos suspendieran los partidos de playoffs en protesta por la brutalidad policial.
Trump también ha definido a la NBA como “comprada” por China, alegando que la liga de baloncesto ha favorecido sus propias ganancias en el extranjero sobre el apoyo a políticas prodemocráticas.
Su enfrentamiento fue también con las estrellas de la NBA, encabezadas por el alero LeBron James, de Los Angeles Lakers, que se negaron a visitar la Casa Blanca mientras él fue mandatario.
Todo lo contrario de lo que sucedió con su antecesor en el cargo, el demócrata Barack Obama, a quien las estrellas de la NBA admiraban y en la actualidad lo tienen como “asesor”.
El sindicato de jugadores confirmó que había consultado con Obama antes de decidir el boicot de varios partidos de playoffs en protesta por la muerte del ciudadano negro George Floyd.