Francia inyectará una segunda dosis de las vacunas contra COVID-19 de Pfizer o Moderna a los pacientes menores de 55 años que han recibido ya una primera de AstraZeneca, tras haber recomendado no inyectar esta a ese grupo de edad por los riesgos de sufrir trombos.
El ministro de Sanidad, Olivier Véran, declaró este viernes en la radio RTL que esa es la solución que preconiza la Alta Autoridad de Sanidad (HAS) para la segunda dosis de las más de 500 mil personas, en su mayor parte sanitarios, de esa franja de edad vacunados con una dosis de AstraZeneca.
Ese organismo, encargado de autorizar todos los medicamentos en el país, recomendó el pasado 19 de marzo suspender las inyecciones con la vacuna británico-sueca a los menores de 55 años tras la aparición de algunos casos de trombos en personas que la recibieron en Europa.
“Si han recibido una primera dosis, vamos a proponerles otra vacuna de ARN. Yo mismo formo parte de ese grupo. Recibirán una segunda dosis en los plazos”, sostuvo Véran.
La HAS indicó posteriormente que combinar los dos tipos de vacunas no presenta ningún riesgo para los tratados, al tiempo que señaló que se lanzará un amplio estudio para evaluar la eficacia de este tratamiento mixto.
El jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del hospital Henri Mondor de Créteil, a las afueras de París, Jean-Daniel Lelièvre, miembro de la HAS, avanzó que todo apunta a que puede incluso tener efectos positivos.
“Una sola dosis no es suficiente para garantizar la inmunidad a largo plazo contra la covid (…). Hemos decidido utilizar una de las vacunas de ARN”, es decir, las de Pfizer y Moderna, señaló.
Para el experto, aunque la de AstraZeneca y las de ARN tienen técnicas diferentes, “conducen a la producción de una misma proteína”, que es la responsable de generar la inmunidad.
Combinar ambas “da respuestas inmunitarias que son más importantes que cuando se utiliza una única vacuna”, agregó el experto, que recordó que este tipo de estrategias se usa ya en la lucha contra enfermedades como el sida o el ébola.
La presidenta de la HAS, Dominique Le Guludec, señaló, por su parte, que la vacuna de AstraZeneca sigue siendo recomendable para los mayores de 55 años, al tiempo que consideró importante “utilizar todos los instrumentos al alcance para derrotar al virus”.
Recordó que más del 90 % de los 98 mil fallecidos en Francia por COVID tienen más de 55 años y que la edad es un factor que incrementa el riesgo de sufrir formas graves de la enfermedad, por lo que la vacuna de AstraZeneca representa un instrumento necesario.
La HAS señaló que esa vacuna, al igual que las de Pfizer y Moderna y la de Janssen, que llegará en los próximos días, se han revelado eficaces también para combatir la variante británica del virus, mayoritaria en el país actualmente.
Sin embargo, los estudios no demuestran su valía para contrarrestar la variante sudafricana, muy presente en los territorios ultramarinos de Mayotte y La Reunión, además de en el departamento de Moselle, en el noreste del país.
En esos lugares, además de en la Guyana, donde predomina la variante brasileña, la HAS recomienda usar las de Pfizer y Moderna en toda la población.
La Alta Autoridad indicó que los estudios sobre los efectos de la vacuna a la hora de frenar la trasmisión del virus apuntan por ahora elementos positivos, pero que no son todavía concluyentes, por lo que recomendó que los vacunados sigan manteniendo la distancia de seguridad y el uso de la mascarilla.