Los países europeos se apuran para intensificar sus campañas de vacunación contra el COVID-19 adoptando el enfoque del palo y la zanahoria para convencer a los reticentes, mientras la variante delta, más transmisible, impulsa el aumento de los contagios de coronavirus.
Grecia fue el último en promulgar nuevas restricciones el viernes. A partir de ahora exigirá una prueba de vacunación o de haber superado el COVID-19 recientemente para entrar a restaurantes, cafés, bares y cines cubiertos.
Los niños podrán acceder presentando un test negativo.
La medida, que forma parte de un paquete de incentivos gubernamental, tuvo poco efecto de inmediato ya que prácticamente toda la vida social transcurre al aire libre durante el cálido y seco verano griego. Las terrazas de cafés y restaurantes, así como los cines al aire libre, siguen siendo accesibles para todos.
“Por el momento estamos en pleno verano, la gente prefiere estar al aire libre, bajo los árboles. La gente no quiere sentarse en el interior”, dijo Sprios Bairaktaris, propietario de una popular taberna griega en el distrito turístico de Atenas que tiene tanto zona interior como exterior.
Sin embargo, él cumple la medida del gobierno y solo permite que se sienten dentro los clientes con pasaporte COVID-19.“Cumplimos todas las medidas con total seguridad. Lo que sea que aconsejen los médicos o los científicos”, agregó.
A las discotecas o lugares con música el aire libre solo podrán ingresar las personas que hayan completado la pauta de vacunación o que hayan pasado recientemente la enfermedad.
Además, su aforo quedó limitado al 85% y los clientes deben estar sentados.
Pero justo cuando esta medida entró en vigor en Grecia, en la capital rusa se anuló una similar introducida el mes pasado.
El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, anunció que la exigencia de pedir a los clientes de los restaurantes una prueba de vacunación o un test negativo terminará el lunes ante la desaceleración de los contagios.
Las restricciones afectaron a los propietarios de este tipo de negocios, que aún se recuperaban del impacto de la pandemia, obligando a muchos a cerrar.
Algunas naciones europeas han decretado además que la vacunación sea obligatoria en determinadas profesiones. Italia lo hizo en abril para trabajadores de la salud y farmacéuticos.
Francia y Grecia anunciaron esta semana que los sanitarios y el personal de residencias de ancianos tendrán que inmunizarse, y Francia amplió el requisito a quienes cuidan de una persona mayor o enferma en casa.
Francia anunció además pases COVID-19 obligatorios para entrar en restaurantes, bares, centros comerciales y en muchos lugares turísticos, además de en trenes y aviones, a partir del 21 de julio.
Estas credenciales estarán disponibles para cualquier persona totalmente inmunizada, que lo superase recientemente o haya dado negativo en una prueba de detección del virus.
Estas normas provocaron descontento y miles protestaron el miércoles en ciudades griegas y francesas.
En Francia hay más movilizaciones previstas para el sábado.