Sucedió en Pakistán. Un niño hindú, de 8 años, con problemas mentales, fue detenido el 4/8 tras haber sido hallado orinando en la biblioteca de una madrasa musulmana en la ciudad de Rahim Yar Khan, Punjab. El niño ha sido acusado de blasfemia y podría ser condenado a muerte.

El menor está actualmente bajo custodia protectora, tras haber sido liberado, porque recibió amenazas por parte de la comunidad musulmana. Una turba enfurecida destruyó un templo hindú en represalia, explica la agencia AnsaLatina. 20 personas han sido arrestadas en relación a ese suceso.

El primer ministro, Imran Khan, intentó calmar a la gente condenando el gesto y prometiendo reparar el templo.
 
Mientras tanto, la familia del niño está escondida en un lugar protegido y muchos miembros de la comunidad hindú en el distrito conservador de Rahim Yar Khan, Punjab, han tenido que abandonar sus hogares por temor a nuevos ataques.
Ramesh Kumar, un legislador y jefe del Consejo Hindú de Pakistán, se ha reconocido conmocionado por las acusaciones al menor.

Kapil Dev, un activista pro derechos humanos en Pakistán ha exigido “que se retiren de inmediato los cargos", al tiempo que ha instado al Gobierno del país a garantizar la seguridad de la familia y las personas que se han visto obligadas a huir por los altercados de los últimos días.

Las leyes de la blasfemia

"Las leyes sobre la blasfemia de Pakistán han sido objeto de abusos durante mucho tiempo para atacar a grupos minoritarios, pero este caso marca una desviación extrema e impactante", pronunció Rimmel Mohydin, activista de Amnistía Internacional para el sur de Asia, al comentar el caso.

Agregó que "además de garantizar que se retiren estas acusaciones ridículas, las autoridades paquistaníes deben proporcionar de inmediato la protección adecuada para el niño, su familia y la comunidad hindú en general".

"Las minorías pakistaníes han sido atacadas desde hace mucho tiempo. Y la historia de un niño que corre el riesgo de recibir una sentencia de muerte lo prueba más que cualquier otra cosa", concluyó.

Las leyes contra la blasfemia en Pakistán rigen desde 1986 pero nunca se ha llegado a ejecutar a nadie.

"Varias secciones del Código Penal de Pakistán constituyen las leyes contra la blasfemia.4 El artículo 295 prohíbe dañar o profanar un lugar de culto o un objeto sagrado. El artículo 295 inciso A prohíbe ultrajar los sentimientos religiosos. El artículo 295 inciso B prohíbe profanar el Corán. El artículo 295 inciso C prohíbe difamar al Santo Mensajero Mahoma. A excepción del 295-C, las disposiciones del artículo 295 requieren que el delito sea una consecuencia de la intención del acusado. Profanar el Corán da méritos a prisión de por vida. Difamar a Mahoma se pena la muerte. Si hubiere acusación en virtud del 295-C, el juicio debe tener lugar en un tribunal con un juez musulmán que presida.

"El artículo 298 inciso A prohíbe el uso de cualquier comentario despectivo o representación con respecto a personajes sagrados musulmanes. Los incisos B y C prohíben que la Ahmadiyya se comporte como se comportan los musulmanes, llamándose a sí mismos musulmanes, o "de cualquier manera" ultraje a los sentimientos religiosos de los musulmanes. La violación de cualquier parte del artículo 298 hace que el infractor sea sancionado con prisión de hasta tres años y responsable también de una multa".