Reino Unido aprobó planes para rechazar los barcos que lleven de manera ilegal inmigrantes hasta sus costas, profundizando su pulso con Francia sobre cómo lidiar con un aumento de las personas que arriesgan su vida al intentar cruzar el Canal de la Mancha en pequeños botes.
Cientos de pequeñas embarcaciones han intentado viajar desde Francia a Inglaterra este año, a través de una de las rutas marítimas más transitadas del mundo. El incremento estival ocurre todos los años, pero ahora es más grande de lo normal, ya que las rutas alternativas se han cerrado.
Los funcionarios de fronteras serán entrenados para forzar a que los barcos se alejen de aguas británicas, pero desplegarán la nueva táctica solo cuando lo consideren seguro, dijo el jueves un funcionario del gobierno británico que pidió mantenerse en el anonimato.
Michael Ellis, fiscal general interino de Reino Unido, elaborará una base legal para que los funcionarios fronterizos implementen la nueva estrategia, dijo el funcionario.
La secretaria del Interior, Priti Patel, dijo a su par francés, Gerald Darmanin, que impedir que la gente llegue desde Francia en pequeñas embarcaciones es su “prioridad número uno”.
Patel ya había irritado al gobierno francés a principios de semana, cuando indicó que Londres podría retener unos 54 millones de libras esterlinas (75 millones de dólares) en fondos que había prometido para ayudar a frenar el flujo de migrantes.
Darmanin dijo que Reino Unido debe respetar tanto la ley marítima como los compromisos asumidos con Francia, que incluyen pagos para ayudar a financiar las patrullas fronterizas marítimas francesas.
“Francia no aceptará ninguna práctica que vaya contra la ley marítima, ni el chantaje financiero“, tuiteó el ministro francés.
En una carta filtrada a los medios británicos, Darmanin dijo que obligar a los barcos a regresar a la costa francesa sería peligroso y que “salvaguardar las vidas humanas en el mar tiene prioridad sobre la consideración de nacionalidad, estatus y política migratoria”.