El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció ayer la infiltración en su país de grupos armados narcotraficantes de Colombia, por lo que pidió a las fuerzas militares y de inteligencia capturarlos y expulsarlos.
Horas antes, el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Luis Fernando Navarro, aseguró que unos mil 900 combatientes de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y del Ejército de Liberación Nacional permanecen actualmente en Venezuela, país que utilizan como retaguardia estratégica para planear ataques en territorio colombiano y realizar actividades de narcotráfico.
La porosa frontera de 2 mil 219 kilómetros facilita que los rebeldes colombianos cometan ataques en su país y pasen a Venezuela para evitar la persecución y la ofensiva militar, afirmó Navarro en entrevista con Reuters.
Maduro aseveró que “parte de la estrategia de Colombia es infiltrar nuestro país de grupos terroristas armados. Son los Tancol, no son guerrilleros ni paracos (paramilitares), son Terroristas Armados Narcotraficantes de Colombia (Tancol) y se han venido infiltrando, por eso alerto para declararles la guerra, capturarlos y acabar la amenaza contra Venezuela”, dijo en un acto de la fuerza armada.
Indicó que los Tancol están integrados por grupos hasta de “cien terroristas entrenados y financiados en Colombia”, y agregó que la fuerza armada venezolana preparó un plan para identificarlos.
Mientras, senadores demócratas y republicanos en Estados Unidos denunciaron lo que describieron como el “alarmante” incremento de la minería ilícita en América Latina en la última década, y condenaron en particular al gobierno de Nicolás Maduro.
“Las ganancias derivadas de la minería ilícita de oro se han convertido en una fuente principal de actividades financieras ilícitas en la región, superando las ganancias generadas por la coca y producción de cocaína en los últimos años”, indica una resolución patrocinada por el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, el demócrata Bob Menéndez.