El gobernador de Texas, Greg Abbott, emitió un decreto que prohíbe a cualquier entidad de su estado aplicar un mandato de vacunación.
La orden incluye a los empleados privados quienes no podrán exigir que se pongan la vacuna COVID-19 a empleados o clientes que objeten la vacunación por “cualquier razón de conciencia personal, basada en la religión o por razones médicas, incluyendo haberse recuperado previamente de la COVID-19".
Greg Abbott ya había emitido decretos para prohibir los pasaportes y mandatos de vacunación gubernamentales. La oficina del gobernador de Texas anunció su intención de llevar el tema a la legislatura estatal.
“El gobernador Abbott también envió un mensaje al secretario de la Cámara y al secretario del Senado agregando este tema como un punto en la agenda de la Tercera Sesión Especial. El decreto se rescindirá tras la aprobación de dicha legislación”, según el comunicado.
El gobernador de Texas establece que cualquier entidad que presione para la aplicación de la vacuna COVID-19 será multada e, incluso, podría ameritar la cárcel.
La orden fue publicada a través de la cuenta de Twitter del gobernador en donde aclaró que: “La vacuna COVID-19 es segura, eficaz y nuestra mejor defensa contra el virus, pero debe seguir siendo voluntaria y nunca forzada”, señaló Abbott.
"Emití una Orden Ejecutiva que prohíbe los mandatos de vacunas por parte de CUALQUIER entidad en Texas. También agregué el tema a la agenda de la Sesión Especial. La vacuna COVID-19 es segura, eficaz y nuestra mejor defensa contra el virus, pero siempre debe ser voluntaria y nunca forzada".