Alemania endureció las restricciones a los no vacunados en un intento de frenar la cuarta ola de Covid-19 que azota a Europa y de frenar la propagación de la nueva variante Omicron en el mundo.
La canciller de Alemania, Angela Merkel, y su sucesor, Olaf Scholz, acordaron que los no vacunados no podrán ingresar a lugares públicos, excepto a los esenciales como supermercados, farmacias y panaderías.
“La cultura y el ocio en todo el país estarán abiertos solo para aquellos que hayan sido vacunados o se hayan recuperado”, aseguró Merkel en una conferencia de prensa.
Ello con el objetivo de evitar un nuevo confinamiento que pudiera lastimar la aún frágil recuperación de la economía Alemana y de todo Europa, por lo que requieren mantener los negocios abiertos a todas aquellas personas que cuentan con su esquema de vacunación completo.
Las autoridades alemanas señalaron su temor a que la cuarta ola de Covid-19 colapse las unidades de cuidados intensivos, pues el jueves se registraron más de 73 mil nuevas infecciones y 388 muertes.
Ante esto, Merkel afirmó que las nuevas restricciones son un “acto de solidaridad nacional con el fin de reducir la tasa de infección y aliviar la presión sobre nuestro sistema de salud” y agregó que el número de infecciones se estabilizó, “pero a un nivel demasiado alto”.
Alemania hará obligatoria la vacunación
Merkel y Scholz también aprobaron una legislación en el parlamento nacional para hacer obligatoria la vacunación en Alemania.
Angela Merkel explicó que se pedirá a un comité que redacte un proyecto de ley para hacer obligatoria la vacunación en Alemania y que el Bundestag debatirá y votará la medida a más tardar en febrero.
Los virólogos culpan del nuevo brote a la resistencia a la vacunación de una parte importante de la sociedad y han criticado a los políticos por actuar demasiado tarde para frenar el contagio. Cabe destacar que Alemania cuenta solo con el 69 por ciento de su población vacunada.